Alimentos y energía propios
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 19 julio, 2008
En entrevista exclusiva que LA REPUBLICA hizo a don Rodrigo Carazo Odio, para conocer su opinión sobre la actual crisis petrolera y sus consecuencias, el ex presidente ve al país vulnerable y desprotegido.
Al comparar la situación de hoy con la de hace 30 años, cuando le correspondió ser presidente de la República, ve a la Costa Rica del presente más frágil aún.
Sus razones para pensar así las fundamenta en el rezago en la generación de energías renovables, en haber dejado de impulsar la producción de alimentos básicos y en general, en la debilidad en que entró la nación al tener que depender de importaciones para estos renglones tan sensibles.
El ex presidente ha sido duramente criticado en estos 30 años transcurridos desde su mandato; pero más allá de eso, actualmente cuenta con la experiencia que suelen dar los años y el poder mirar desde afuera la dura batalla de quienes tienen que enfrentar hoy la crisis.
En la entrevista al ex mandatario se tocan, en efecto, dos puntos cruciales que, dependiendo de como se desarrollen, o se deje de hacerlo, podrían marcar la diferencia en cuanto al grado de vulnerabilidad que mantenga el país y al mayor o menor sufrimiento que deba soportar la mayor parte de su población a causa de la actual coyuntura.
Si el momento exige tomar ciertas medidas de emergencia, para intentar paliar la gravedad de la problemática, esto no elimina la urgencia de arrancar un serio plan de producción de energías renovables y un programa integral de ayuda al agro.
Costa Rica debe contar al menos con una producción interna para garantizar a su población el acceso, a precios razonables, a los productos para una dieta suficiente y saludable.
Ninguna estrategia de desarrollo, por más acertada que se diseñe, podría llevarse a cabo con una población extenuada por una mala alimentación y sus nefastas consecuencias en materia de salud. El costo de no atender adecuadamente y a tiempo estas necesidades básicas podría ser de incalculables resultados.