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Domingo, 15 de diciembre de 2024



NACIONALES


Alianzas, la clave del éxito

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 29 marzo, 2010




Entrevista con Graciela Moguillansky, experta en responsabilidad social
Alianzas, la clave del éxito
- Mantener las estrategias de país a largo plazo, fundamental para el crecimiento de las naciones
- Acción conjunta de sectores público y privado, necesaria para salir del subdesarrollo


Daniel Zueras
dzueras@larepublica.net

Gabriela Moguillansky, funcionaria de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), estuvo en Costa Rica en un seminario de alianzas público privadas organizado por ALIARSE. Ahí, le hizo un hueco en su apretada agenda a LA REPUBLICA para conversar sobre el tema.

¿Cómo se pueden convertir los países latinoamericanos en “tigres” con estrategias público privadas?
Hay que mantener estrategias a largo plazo. Un elemento muy importante para ellos es la visión estratégica que han tenido. Los que la han conseguido, en Europa o Asia, la han mantenido en el largo plazo, con una visión de Estado, no de Gobierno.
Las políticas se mantienen hasta cumplir los objetivos, que son de transformación productiva, de inversión en innovación y desarrollo...

Son políticas que implican tanto al sector público como al privado. ¿Esa es la clave?
La clave es que esta visión estratégica es trasladada a planes de acción y estrategia sustentados en una alianza público privada.
El tema de la alianza es muy importante. Los países latinoamericanos todavía no tienen conciencia de cuán trascendental es.
Esto es lo que permite dar la continuidad a las políticas, que haya un compromiso y un sector privado (incluida la sociedad civil) detrás de ellas. Entre todos hay que llegar a un entendimiento común.

¿Cuáles son los países que más han avanzado?
Chile, Colombia, Costa Rica y Brasil. Incluso Costa Rica no ha tenido una alianza público privada institucionalizada, pero en los hechos ha existido, y ha impulsado una estrategia de desarrollo por mucho tiempo.
Hoy quizás deba dar un salto hacia un mayor esfuerzo de transformación.

¿En que consistiría esa transformación?
Si miro a Singapur, Irlanda… Son países pequeños que han podido dar saltos grandes imbuidos de un esfuerzo común.
Y con audacia, como Irlanda al escoger su forma de desarrollo, tal vez similar a la de Costa Rica, pero yendo un poco más allá. Especificó y seleccionó aquellas áreas en las que puede seguir siendo competitivo con Asia. Para eso se da no solo una política de inversión extranjera directa, también apostó por la parte educacional, de crear capacidades, que mira a 30 años plazo.

¿Costa Rica está en condiciones de hacerlo?
Sí. Irlanda ha hecho un esfuerzo en la innovación, cosa en la que Costa Rica también tiene que avanzar. Eso significan muchos recursos, poner en sintonía a las universidades y a los centros de excelencia con las multinacionales, para avanzar en una investigación más aplicada.
Este tipo de cosas las puede hacer, y debe haber un esfuerzo común, una estrategia. Si uno tiene una estrategia de Estado no importa que postergue alguna parte, porque sabe que después va a desarrollarla.
El nuevo gobierno está en esta misma línea y creo que no le será muy difícil al país plantear grandes planes y objetivos a largo plazo. Puede tener éxito.

Cita esfuerzos conjuntos con multinacionales ¿Cuál debe ser la
relación?
La que mantienen los países asiáticos, europeos, o Australia y Nueva Zelanda con las multinacionales es diferente a la relación histórica de América Latina. Tanto gobiernos como multinacionales van a tener que hacer un cambio de mentalidad para que se dé una relación de cooperación. Es el gran paso por dar en nuestra región.


Los países latinoamericanos, ¿nos perdemos en grandes documentos y no hay acción?
Claro. No se trata de que los representantes del consejo lleguen y desarrollen una estrategia. Esta debe ser consensuada con los actores sociales. Si los representantes en el consejo no están en directa comunicación con el resto de los actores, esa estrategia no va a ser vista como propia. Y eso pasa en nuestros países. Pueden ser buenos documentos sobre los cuales se base la innovación, pero no planes de acción.
Después hace falta desarrollar un plan de acción, y dotarlo de presupuesto. Sin dinero, se quedan en el camino, y ocurre mucho.






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