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Alfonso Portillo se entregó a la Justicia

| Miércoles 08 octubre, 2008




Ex presidente guatemalteco fue trasladado a su país tras cuatro años de permanecer en México
Alfonso Portillo se entregó a la Justicia

• Autoridades chapinas impusieron fianza de $130 mil para otorgarle libertad condicional
• Político es acusado de presunto desvío de fondos públicos

Guatemala
EFE

Cuatro años después de haber dejado el poder en Guatemala y huir a México, país del que ayer fue extraditado, el ex presidente Alfonso Portillo (2000-2004) se vio cara a cara con la Justicia de su país, que lo reclama por corrupción.
Portillo fue trasladado al país en un avión de la Procuraduría General de la República de México y de inmediato consignado al Juzgado Quinto de Sentencia, donde está abierto el proceso en su contra por un millonario desvío de fondos públicos.
El ex mandatario, que se considera un “perseguido político”, nació el 24 de septiembre de 1951 en el departamento oriental de Zacapa.

A su llegada se declaró inocente de los cargos que se le imputan y aseguró que confía en que la justicia se pronunciará a su favor.
“Creo en la honorabilidad del Poder Judicial. No cometí el delito del que me acusan. Espero que el juez aplique la ley, y se de cuenta de que todo es una falsedad, que montaron un delito en mi contra sin ninguna prueba ni evidencia”, dijo Portillo a los periodistas al llegar a la sede del Juzgado Quinto de Primera Instancia Penal.
Tras su entrega un juez penal de Guatemala fijó una fianza de un millón de quetzales (unos $130 mil) y le concedió la libertad condicional, después de haber sido extraditado por México.
“Se considera que no existe peligro de fuga y se toma en cuenta la voluntad del sindicado de presentarse ante la justicia para dilucidar su situación jurídica”, argumentó en su fallo el juez Quinto de Primera Instancia Penal, Julio Jerónimo Shetumul.
Portillo fue trasladado a ese lugar desde el aeropuerto de la Fuerza Aérea Guatemalteca, al sur de la capital, al que llegó hoy procedente de México y bajo un
fuerte despliegue de seguridad que incluyó a centenares de soldados y policías.
El ex mandatario, que gobernó el país de 2000 al 2004, aseguró que decidió entregarse de forma voluntaria porque durante cuatro años y medio sufrió “una persecución política del gobierno anterior”.
“Vengo aquí a afrontar a la Justicia. Tengo fe porque no hay un gobierno que presione al Poder Judicial. Vengo confiado en mi pueblo y en las instituciones, por eso decidí venir de forma inesperada”, señaló.
El ex gobernante explicó que el pasado jueves se comunicó con el procurador general de la república de México, Eduardo Medina Mora, para pedirle que se procediera con su extradición a Guatemala, la cual fue autorizada este lunes.
Decenas de personas, simpatizantes del ex gobernante, se conglomeraron en las afueras de la sede el juzgado y con aplausos y vivas mostraron su apoyo a Portillo.
“Nunca me imaginé que la gente me iba a recibir de esa manera, eso me invita a quedarme aquí y recorrer el país. A la población de Guatemala le di
go que mi corazón, mi alma y mi vida los entregué por ellos”, indicó.
Una mujer no identificada dijo a la radio Emisoras Unidas que acudió a apoyar a Portillo porque cuando era presidente tenía “comida y trabajo, y ahora no hay nada de eso”.
“Él fue un buen presidente, y por eso lo apoyamos”, subrayó.
El ex gobernante se encontraba prófugo de la justicia guatemalteca desde enero de 2004, cuando huyó a México tras ser acusado por la Fiscalía de los delitos de peculado, abuso de autoridad y sustracción de unos 120 millones de quetzales (cerca de $15,5 millones) durante su gobierno.
“Para que se acuse a alguien de peculado, se tiene que ser un funcionario que ejecute gastos, y el presidente no ejecuta; además, se necesita un reparo de la Contraloría General de Cuentas de la Nación, y eso no existe”, dijo Portillo en su defensa.
El ex mandatario fue puesto a disposición del juez Julio Jerónimo Shetumul, titular del Juzgado Quinto de Primera Instancia Penal, el que después de informarle de los cargos que se le imputan y escuchar su declaración, decidirá si le concede libertad bajo fianza u ordena su prisión preventiva.
De acuerdo con la legislación guatemalteca, el delito de peculado se sanciona como una pena de tres a diez años de prisión, y una multa de $66 a $660.






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