A un mes del referéndum
Deben ser las ideas y los postulados, no los ataques los que dominen los discursos de ambos bandos del reférendum que se votará dentro de un mes
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 07 septiembre, 2007
En un lapso de 30 días la urnas recibirán la voluntad del pueblo costarricense respecto al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
El tiempo se agota tanto para quienes bregan por el favor de los votantes para el “sí” o el “no”, como para quienes todavía no logran decidirse por una de las dos opciones. Esto aumenta la importancia de que quienes luchan por la victoria de estas alternativas presenten argumentos para conquistar el corazón de los indecisos.
En estos últimos días, cuando el ritmo de la actividad electoral se vuelva cada vez más acelerado, deben ser las ideas y los postulados, no los ataques los que dominen los discursos de ambos bandos.
La participación de los ciudadanos en un evento nacional pocas veces ha sido tan trascendental como en el caso del referéndum del 7 de octubre.
Dentro de 30 días el mundo observará con atención el proceso democrático que es uno de los mayores orgullos del pueblo costarricense.
Para que esta expresión de la voluntad soberana del pueblo persista como el legado más preciado para las futuras generaciones de costarricenses, las votaciones del 7 de octubre deben transcurrir en paz, con batallones de ciudadanos esperando el momento de depositar su voto, y no con cuadrillas violentas en las calles.
La pugna ha sido fuerte y la división entre la población se evidencia en las encuestas, sin embargo, el 8 de octubre Costa Rica debe recibir el amanecer nuevamente unida, preparada para aceptar el resultado de las votaciones y el reto que este presente.
Sanar las heridas que ha dejado este proceso debe ser una de las metas del actual gobierno y de quienes han enarbolado la bandera del “no”.
La única forma de combatir la polarización que amenaza a la sociedad costarricense es ampliando las oportunidades de quienes menos tienen, reforzando los servicios de salud y educación públicos, buscando la seguridad de los habitantes y luchando por cerrar la brecha que condena al 20% de la población a la pobreza.
Todos estos esfuerzos deben redoblarse con tratado de libre comercio o sin él.