A nuestro capitán
| Sábado 01 diciembre, 2007
A nuestro capitán
A lo largo de la historia son incontables los eventos en los cuales el capitán del barco ha sufrido algún tipo de rebelión de parte de sus marinos…
Empezando por los tiempos de Jesús donde viajando con sus discípulos de pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas. Se acercaron sus discípulos y lo despertaron, gritándole: «¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!», y Jesús les dijo: “Hombres de poca fe”.
Al igual que ese primer evento cuántos episodios similares padecieron grandes capitanes como Cristóbal Colón, Marco Polo, James Cook, en sus incontables travesías cuando algunos de sus marinos desesperados querían regresar pronto al puerto a tomar alcohol y perseguir mujeres (situación muy similar a la actual).
Hoy nuestra Costa Rica es un barco que navega en alta mar, muchos son los oleajes que sacuden nuestro corazón. Hoy son muchos los que no ven todavía la orilla y se hunden en su propio egoísmo, hoy son muchos los perros que le ladran al Quijote que está empezando a mover a este país.
Hoy la calumnia, la falta de entusiasmo, el egoísmo, los intereses personales sacuden con fuerza esta nuestra embarcación.
Hoy los más seguimos confiando, teniendo fe y siendo fieles a nuestro capitán y sabemos que es un hombre con gran experiencia, que sabe y sabrá guiarnos por los mares y océanos del mundo, que conoce muy bien navegar utilizando las estrellas porque tiene su propia estrella y sabe claramente qué hay allá en la tierra prometida.
Acabamos de izar las velas, la brisa mejora, es un buen momento para aumentar la velocidad:
Adelante capitán, seguid, la gran mayoría de vuestros marinos deseamos permanecer en vuestro barco, no queremos regresar al puerto de donde nos costó tanto salir llevadnos al nuevo mundo…
Oscar Barboza Ugalde
Céd 1-0746-066
A lo largo de la historia son incontables los eventos en los cuales el capitán del barco ha sufrido algún tipo de rebelión de parte de sus marinos…
Empezando por los tiempos de Jesús donde viajando con sus discípulos de pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas. Se acercaron sus discípulos y lo despertaron, gritándole: «¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!», y Jesús les dijo: “Hombres de poca fe”.
Al igual que ese primer evento cuántos episodios similares padecieron grandes capitanes como Cristóbal Colón, Marco Polo, James Cook, en sus incontables travesías cuando algunos de sus marinos desesperados querían regresar pronto al puerto a tomar alcohol y perseguir mujeres (situación muy similar a la actual).
Hoy nuestra Costa Rica es un barco que navega en alta mar, muchos son los oleajes que sacuden nuestro corazón. Hoy son muchos los que no ven todavía la orilla y se hunden en su propio egoísmo, hoy son muchos los perros que le ladran al Quijote que está empezando a mover a este país.
Hoy la calumnia, la falta de entusiasmo, el egoísmo, los intereses personales sacuden con fuerza esta nuestra embarcación.
Hoy los más seguimos confiando, teniendo fe y siendo fieles a nuestro capitán y sabemos que es un hombre con gran experiencia, que sabe y sabrá guiarnos por los mares y océanos del mundo, que conoce muy bien navegar utilizando las estrellas porque tiene su propia estrella y sabe claramente qué hay allá en la tierra prometida.
Acabamos de izar las velas, la brisa mejora, es un buen momento para aumentar la velocidad:
Adelante capitán, seguid, la gran mayoría de vuestros marinos deseamos permanecer en vuestro barco, no queremos regresar al puerto de donde nos costó tanto salir llevadnos al nuevo mundo…
Oscar Barboza Ugalde
Céd 1-0746-066