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Reto de mantener multinacionales

Fabio Parreaguirre fparreaguirre@larepublica.net | Martes 11 marzo, 2014




Es posible salida de multinacionales por incremento en costos

Reto de mantener multinacionales

Desempleo en personal calificado, baja en exportaciones e imagen son los peligros

Mejorar la competitividad en costos de producción, infraestructura vial y portuaria, menos trámites, y seguridad jurídica son los retos de corto plazo que el país debe superar, para no perder a algunos grandes jugadores de la economía.
Hoy costaría pensar en una Costa Rica sin Intel, HP, Amazon o cualquiera de las 200 empresas multinacionales que tienen contratados a más de 10 mil costarricenses, con salarios competitivos, garantías distintas a las de una empresa nacional y beneficios que muchos desean.
Sin embargo, es factible pensar en la salida de alguna de ellas por la pérdida de competitividad del país tanto en el incremento en el costo de operación, como en la falta de profesionales especializadas al nivel que lo requieren.
Retener a las multinacionales que contratan profesionales especializados debe ser parte de la agenda del Gobierno.
El impacto que tienen a nivel de empleo, transferencia de conocimiento y posicionamiento del país, vale la pena.
Posicionar los temas de infraestructura —puertos y carretera— es medular para que empresas de manufactura consideren establecer o conservar la operación en el país.
Es urgente, tener claridad respecto a la nueva carretera a San Ramón, y la terminal de contenedores en Moín.
Siempre en lo que respecta a competitividad, preocupa el incremento en el costo de la factura energética —petróleo y electricidad—.
La falta de inversión en generación hidroeléctrica para abaratar el costo, pasa la factura al parque industrial y su impacto, se traduce en despidos o recortes en nuevas contrataciones.
Debido a estas carencias, tomó fuerza el rumor de la salida de Intel —desmentida por la empresa el viernes anterior a LA REPÚBLICA—, y puso en el tapete la discusión de una agenda de competitividad para evitar esa posibilidad.
Con solo la salida de un gran jugador la producción tendría una caída evidente.
En lo que a impacto se refiere, si Intel se fuera, la producción caería un 5% —equivalente al déficit fiscal—, según cálculos propios con datos del Banco Central.
Si se fuera alguno podría dejar el crecimiento de la economía en negativo, aunque el impacto a nivel de valor agregado nacional sería poco, por la pobre vinculación de estas empresas en la economía local, ya que sus verdaderas ganancias se exportan —por así decirlo—.
Respecto al empleo, más que un problema por la cantidad de desempleados, la salida de alguno o varios de estos jugadores, provocaría desempleo en un sector profesional muy capacitado que no se emplea fácilmente.
Las exportaciones podrían ser la variable más sensible a cualquier salida —más sí es Intel—, principal exportador.
Los procesadores de Intel son el bien que más peso tiene en las exportaciones, un 20% del total, según datos de Comex.
Otra preocupación es la imagen internacional.
Si la salida de alguna multinacional se argumenta en razón del aumento del costo operativo, o falta de competitividad, dejaría la impresión de que somos un país caro para producir, tanto que hasta una empresa con músculo llegue a abandonar una multimillonaria operación.
Hace unos 15 años, el país incentivó la industria de alto valor agregado.
Es el caso de la manufactura de procesadores, componentes de uso médico y software; así como los servicios.
La totalidad de las empresas multinacionales se ubican en zonas francas, donde reciben beneficios.
A cambio, el país obtiene generación de empleos, transferencia de conocimiento e imagen.

Fabio Parreaguirre
fparreaguirre@larepublica.net
@fabiopLR







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