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“Queremos vivir como ciudadanas de primera”

Luis Fernando Cascante lcascante@larepublica.net | Miércoles 10 julio, 2013


Fiorella Bruno y Ana Cristina Binda dicen que el momento ha llegado y cuentan con los requisitos necesarios para legalizar su unión. Marco Monge/La República


Primeras parejas en desafiar “portillo a uniones gais” presentarán documentos hoy

“Queremos vivir como ciudadanas de primera”

Ana Cristina Binda y Fiorella Bruno crían a niño de siete años

Amparadas en el “portillo” que podría reconocer las uniones de hecho entre parejas del mismo sexo, Ana Cristina Binda y Fiorella Bruno hoy buscarán legalizar su relación en el Juzgado de Familia.
Lo harán acompañadas por Marco Castillo, líder del Movimiento Diversidad y otras seis parejas que esperan nivelarse con otros ciudadanos que gozan de derechos que a ellas les han sido denegados.
Llevan más de diez años en una relación y siempre buscaron el camino para no darse a menos.
Tomaron la decisión de criar un hijo propio, por lo que buscaron la ayuda de un amigo para engendrar un niño en el vientre de Ana Cristina.
Luca, que pronto cumplirá siete años, es educado bajo los fundamentos del catolicismo, como sus dos mamás, quienes escaparon del silencio en el que viven cientos de parejas homosexuales en el país.

Lejos de recibir el rechazo de algún miembro de sus familias, esta pareja de vecinas de Sabana Sur se desarrolla en un ambiente de aceptación y cariño.
Hoy, una pifia de los diputados enciende la esperanza de grupos de diversidad, que ven en la reforma a la Ley de la Persona Joven, un golpe de suerte para retomar una lucha que ha chocado contra pared en este Gobierno.
A las puertas de conseguir una importante victoria social, Fiorella Bruno conversó con LA REPÚBLICA, a la espera de apuntarse una importante victoria social para las minorías.

¿Cómo ha sido la relación con Ana Cristina?
Muy buena. Como todas las parejas, hemos tenido altos y bajos. Empezamos hace casi diez años, nos conocimos en el trabajo. Tenemos un hijo de siete años.

¿Esto le ha traído algún problema en el ámbito familiar?
No. Ha sido muy positivo para ambas. Desde que tengo uso de razón soy lesbiana y aun así hasta los 25 años decidí compartirlo con mi familia, y tuve un apoyo increíble, hasta otros me dijeron que su casa es mi casa y soy bienvenida con mi pareja, todo esto basados en ese contexto en el que nos criaron: una familia católica donde reinan el amor y respeto.

¿Cómo fue salir del clóset en un hogar católico?
Mi mamá se dio cuenta por una carta, la reacción de ella fue decirme que lo único que le dolía fueron todos estos años que tuve que vivir una segunda vida solo para complacerla a ella y no ser quien soy realmente.

¿Y educan a su hijo bajo la fe católica?
Lo hemos criado en la forma en que nos criaron a nosotros. Nuestro hijo está bautizado y asiste a una escuela católica.

La Iglesia católica y algunos de sus abanderados no terminan de aceptar la homosexualidad como algo natural...
Hemos tratado de que eso no interfiera en nuestra relación con Dios. Respetamos los sacramentos, pero la Iglesia católica, los evangélicos y fundamentalistas nos han alejado, siendo personas que queremos acercar a Dios y fomentar la fe. Esa base de odio y miedo que le tienen a uno lo hacen alejarse de las instituciones.

¿Qué sensaciones le genera escuchar declaraciones como las que ha hecho Justo Orozco respecto a estas uniones?
Me da lástima que una persona tenga tanto odio por dentro y no logre vivir su vida en paz, y una desilusión increíble de una cúpula política. Dejan que las ideas religiosas intervengan con las leyes.

¿Qué cree que pueda pasar después de esto?
Soy una persona de fe, confío en Dios y en las personas que están a la cabeza. Tenemos el apoyo de legisladores. Este es el momento.

De recibir el visto bueno, ¿qué significaría para ustedes?
Tranquilidad, más que nada, de que tenemos un seguro, de que estamos amparados en la ley y tenemos los mismos deberes. Queremos vivir como ciudadanas de primera.

Y en el campo del reconocimiento de derechos, ¿qué seguiría?
Seguir luchando por el matrimonio igualitario, antes de que termine este gobierno nefasto.

¿Les ha quedado en deuda el Gobierno?
Claro, desde que la Presidenta asistió a la famosa “marcha del odio”, donde la iglesia se manifestó en contra de los homosexuales. Ha vendido un doble discurso a nivel internacional. vendiendo que somos un ejemplo en Derechos Humanos, mientras negociaba con Orozco y Avendaño para ponerles trabas a estos proyectos.

Luis Fernando Cascante
lcascante@larepublica.net

 







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