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Jueves, 12 de diciembre de 2024



INVERSIONISTA


¿Por qué mueren las empresas familiares?

Carolina Acuña cacuna@larepublica.net | Viernes 12 octubre, 2012




• Compañías exitosas son vendidas regularmente
¿Por qué mueren las empresas familiares?
• Principal motor de negocios no pasa de la segunda generación

Más del 90% de las empresas en el país y del mundo son familiares, pero la mayoría no sobrevive dos generaciones después de que sus fundadores sueltan las riendas. El fracaso es tan común como la creación de nuevas compañías. Pero no solo el fracaso acaba con las empresas familiares, también el éxito. Una compañía líder en su ramo es susceptible de ser comprada por una multinacional y con ello deja de ser familiar.
“Las razones para el fracaso de este tipo de empresas son básicamente tres: mala priorización de intereses, dura competencia contra multinacionales y problemas de transición generacional” detalla Sergio Wiernik, director de Capital Financial Advisors.
Sobre la primera, es fácil que se quiera usar las ganancias en cosas personales a modo de dividendos y no en inversiones que aporten a la empresa, como infraestructura.
En torno a la segunda existen vacíos de formación y conocimiento sobre cómo estructurar este tipo de negocios, los hijos o nietos carecen de conocimiento o interés en esa actividad, y cuando les llega la hora de tomar decisiones hunden el negocio.
Ligado a lo anterior, la mayoría de las empresas no se preparan para un proceso de sucesión, y cuando llega el momento afloran conflictos de poder y rencillas personales priman contra meritos gerenciales.
Pero el éxito también puede ser un enemigo de estas empresas, en algunos momentos.
Las ofertas de compra abundan en un mercado donde posicionar una marca es cada vez más difícil y si se es débil en los aspectos anteriores la tentación de vender es más fuerte.
“La venta no es ni buena ni mala, lo que va a determinar el impacto que esta venta tenga, es lo que la familia haga con el capital obtenido”, explica Rodolfo Carrillo, presidente de la Cámara Costarricense de Empresas Familiares.
Si las familias que venden son emprendedoras y reinvierten el capital en el país, en otros negocios u oportunidades, el resultado final es positivo. Por el contrario si el dinero se invierte en instrumentos financieros, o en el exterior, el saldo para el país podría no ser tan positivo.
Para evitar que las compañías fracasen, la Cámara tiene varios mecanismos para abrir espacios de formación, apoyo y desarrollo de negocios que aseguren la continuidad de la empresa que usted puede conocer en http://empresafamiliarcr.blogspot.com/.
Además, la siguiente semana en INVERSIONISTA presentaremos un reportaje de empresas familiares que han logrado sobrevivir y le contaremos cómo lo hicieron, para que usted pueda aplicar esas buenas prácticas a su propio negocio.



Carolina Acuña
cacuna@larepublica.net






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