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¿Por qué gano menos?

Oscar Rodriguez orodriguez@larepublica.net | Lunes 03 diciembre, 2012




Miles de funcionarios reciben hasta el doble, que sus contrapartes en el sector privado

¿Por qué gano menos?

Crece cada año, la brecha salarial entre sector público y privado

Se trata de un país con dos castas económicas: los empleados del sector privado por un lado, y sus contrapartes en el Gobierno, que en muchos casos ganan hasta el doble aunque hacen el mismo trabajo.
El asunto es un problema en cualquier momento.
Pero, es más preocupante ahora, dado que el Gobierno gasta cada año más de lo que ingresa, de modo que se ve obligado a pedir dinero prestado, que el resto del país tendrá que devolver con intereses.
Mientras tanto, son los salarios y beneficios del sector público los que consumen casi tres cuartos del gasto anual del Gobierno.
El problema radica más que todo en una serie de privilegios que reciben burócratas, y que no se ofrecen en el sector privado.
Entre ellos está el hecho de que desde hace tiempo, los aumentos salariales del sector público han sido superiores a los del privado, aunque no exista razón por que eso suceda.
Es difícil generalizar sobre los puestos ejecutivos o especializados, que a menudo se contratan de forma individual, dependiendo de las características del puesto y la persona.
Sin embargo, es posible comparar la compensación de los puestos más básicos, cuyas características son bastante bien conocidas, y que afecta de forma significativa a la planilla del sector público, dado que hay decenas de miles de personas, que ocupan esas posiciones.
El análisis que sigue no incluye otros factores, que representan gastos adicionales del Gobierno, como vacaciones.
Un empleado del Gobierno con cinco años de experiencia, cuenta con un promedio de 22 días de vacaciones, en comparación con 12 días para su homólogo en el sector privado.
Esta diferencia no se contabiliza directamente.
Sin embargo, tiene un costo, dado que puede ser necesario reemplazar la persona durante su ausencia, por un monto determinado en efectivo.
De lo contrario, al no sustituirla, el Gobierno pierde diez días de producción de ese puesto.
El análisis tampoco incluye la cesantía adicional —hasta un promedio de diez meses— de la cual normalmente goza el funcionario.
No obstante, se trata a menudo de un monto significativo, en el caso de un burócrata que se pensiona.
Si se tratara de un empleado público, que ganan ¢1 millón —un monto bastante común— la cesantía adicional de diez meses sumaría ¢10 millones.
Tampoco están incluidos varios beneficios, que no se dan en todos los casos, desde uniformes hasta carrera profesional, ni los privilegios que se otorgan mediante las convenciones colectivas, que rigen en algunos ministerios.

LOS PRIVILEGIOS
Hay decenas de beneficios, que se aplican en el sector público, dependiendo de cada departamento en específico. Sin embargo, los principales privilegios del empleo público son los siguientes:

Dedicación exclusiva
Se aplica a menudo a los puestos que tienen como mínimo bachillerato universitario, aunque en muchos casos se trata de trabajos básicos, para los cuales no se justifica la aplicación de esta cláusula

Anualidad
Rige para todos los funcionarios, aunque no es necesario hacer algún esfuerzo para ganársela

Incrementos “turbo”
Los incrementos salariales en el sector público en los últimos cinco años han sido de un 40% en promedio, en comparación con tan solo un 10% en el sector privado, dado que los incrementos de los burócratas se calculan no solo con base en el salario, sino en ese monto más los pluses
 

Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net







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