Noche de paz... con la Tierra
| Martes 24 diciembre, 2013
Los hombres de buena voluntad saben que cuidar el planeta equivale a cuidar de su prójimo
Noche de paz... con la Tierra
En estos días disfrutamos reuniones familiares y celebramos con los seres queridos, sin importar si uno es creyente o no. Esta peculiaridad tiene su razón en el origen mismo de la fecha. Desde la primera Navidad se anuncia que este es un festejo para todos los hombres de buena voluntad.
Dada su universalidad —hombres y mujeres buenos los encontramos en todos los grupos sociales—, rápidamente esta fiesta comenzó a tentar al mercantilismo.
Así las buenas intenciones de compartir y regalar, se convierten a veces en derroche y gula.
En la actualidad, estos días implican un aumento en el consumo desmedido que atenta contra la economía familiar y valores como la austeridad. Las comilonas de dulces, alcohol y grasa son una amenaza para nuestros seres más queridos, especialmente los enfermos de hipertensión, diabetes, del corazón, hígado o aquellos con niveles altos de colesterol.
La iluminación propia de arbolitos y portales; la preparación de galletas, tamales, queques y patas de chancho requieren cantidades excesivas de electricidad. Ya el ICE anunció la necesidad de quemar hidrocarburos para la generación de energía dada la escasez de lluvias registrada en 2013, una advertencia más sin duda del peligro que acecha en el cambio climático.
Por eso, aunque estemos en Navidad sería prudente para la economía familiar, nacional y para el planeta, programar bien el uso del horno, usar lucecitas ahorradoras, consumir productos autóctonos, a fin de evitar la emisión de gases invernadero ocasionada por las largas travesías de bienes importados.
Papel de regalo, guirnaldas, lazos, cipreses, botella de vidrio, platos desechables y envases de aluminio, son desperdicios que, una vez pasada la Navidad cada año dañan más el ambiente y ahogan los depósitos de basura.
Debemos ser creativos para proteger la naturaleza, controlar la gula, reciclar desechos, dar el uso debido a los artefactos que ya no necesitemos porque el Niño nos trajo otros de tecnología más avanzada, donar la ropa usada.
En el portal es mejor evitar el uso de musgos como la lana, epifitas como la barba de viejo, parásitas y otras especies en peligro de extinción.
Los hombres de buena voluntad, en fin, tratan a sus congéneres como a sí mismos, y saben que cuidar el planeta equivale a cuidar de su prójimo. No solo es asunto de lógica la conservación de nuestros recursos, la ecología es parte fundamental en la economía de la redención.
Llama la atención el hecho de que Francisco de Asís, quien inició la costumbre de celebrar Navidad con la colocación del pasito, fue un hombre que vivió y predicó la frugalidad y, sobre todo, el amor a la naturaleza.
Juan Chaves