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Jueves, 25 de abril de 2024



EDITORIAL


La hora de las decisiones

| Martes 24 diciembre, 2013




Usted debe pensar que el país no puede seguir discutiendo los mismos proyectos “per saecula saeculorum”, es decir, por los siglos de los siglos


La hora de las decisiones

En momentos en que las elecciones nacionales están a la vuelta de la esquina y los diputados se autoimpusieron un receso de labores de mes y medio para participar en la campaña electoral, es importante que los votantes hagan un alto en el camino y dediquen un poco más de su tiempo para pensar en la labor del Congreso, la fracción que eligieron hace cuatro años y sobre todo, a quién le darán su voto este 2 de febrero.
Estas consideraciones son de capital relevancia de cara al próximo cuatrienio, durante el cual, Costa Rica podría seguir estancada en el subdesarrollo con una división de clases cada vez más marcada, o bien, acabar con la parálisis legislativa y empezar a tomar decisiones que transformen el país en uno más próspero y equitativo.
Producto de un sistema político multipartidista, una ley arcaica —que permite a un solo legislador bloquear un proyecto— y un Poder Ejecutivo sin músculo y capacidad de negociación, esta Asamblea Legislativa cerrará su labor en los próximos meses con una larga lista de tareas pendientes.
Sin importar la posición que usted tenga en temas como la unión civil de las personas del mismo sexo, la fertilización in vitro o la cogeneración eléctrica por solo nombrar algunos proyectos, es ilógico pensar que el país debe seguir discutiendo los mismos proyectos “per saecula saeculorum”, es decir, por los siglos de los siglos.
¿Quién se acuerda a estas alturas del TLC con Estados Unidos?
Ya pasamos la página del acuerdo comercial hace años y las visiones apocalípticas de los grupos sindicalistas no se cumplieron, pero al mismo tiempo dudo que el ciudadano promedio haya cambiado su Hyundai por un BMW gracias a las bonanzas del TLC. La experiencia de dicho acuerdo comercial dejó al descubierto el debate desgastante y mitómano en el que caen los temas cuando se discuten por años, lo cual es sinónimo de una democracia enferma y no vital, pues a final de cuentas, hay que recordar que lo perfecto es enemigo de lo posible y ese debería ser el norte del país.
Sobre los diputados los comentarios abundan, la mayoría de ellos, acérrimas críticas por su supuesta vagabundería y confirmada parsimonia para tomar decisiones.
No obstante, este 2 de febrero usted tiene la posibilidad de cambiar el panorama, razone su voto, infórmese bien y pida a los diputados tomar las decisiones de una vez por todas para no seguir en el mismo bache.







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