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Keylor evitó una masacre

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 10 marzo, 2014


Keylor Navas le dijo que no en un par de ocasiones a Cristiano Ronaldo, aunque el portugués fue el encargado de abrir el marcador. AFP/La República


Keylor evitó una masacre

Con cuatro intervenciones determinantes, impidió una goleada mayúscula en el Bernabéu

Madrid. El fútbol es igual en todo el mundo; en los campeonatos el grande trata de tragarse al chico de un solo bocado y el pequeño se le para con lo que puede para no morir en el intento.

Clubes grandes y poderosos como el Real Madrid y equipos modestos de media tabla como el Levante, que se presentan a evitar el naufragio de la manera más respetable posible. El gato y el ratón anoche en el coloso de La Castellana a un 80% de su capacidad.
Apenas el árbitro gallego Ignacio Iglesias dijo vamos, el Real Madrid se abalanzó sobre el marco de Keylor Navas, uniformado de negro y con zapatos “orange” y ya a los tres minutos el costarricense había salvado el primer gol. Marcelo, que luego se convertiría en la mejor figura del partido, cobró una falta al segundo poste, Cristiano recepcionó y enseguida metió un latigazo que Keylor se lo desvió con un puño. ¡Paradón!
La oncena de Carlo Ancelotti carburó como máquina perfecta y bien aceitada; un triángulo diabólico por la franja derecha con Carvajal, Modric y Bale y otro terrorífico por la izquierda con Marcelo, Di María y Cristiano. En el centro y unidos en línea vertical, Xavi Alonso y Benzema
El Levante de Joaquín Caparrós se atrincheró con nueve hombres en posición de retaguardia, pero su doble fila de contención lució presionada, errática, medrosa, en otras palabras asustada. El balón le quemaba a los laterales Vyntra y Nikos, los centrales Navarro y Juanfran metieron pierna, de ahí la cadena temprana de faltas y tiros de esquina en contra del marco de Navas, quien no cesaba en gritar órdenes en su defensa.
Los merengues entraban por todas partes; las segundas bolas eran suyas, de ahí que a nadie extrañó que se abriera el marcador temprano. Tiro de esquina cobrado por Di María al minuto 11 y Ronaldo que resortea, salta y con la frente vence la estirada de Keylor, quien dejó la impresión de haberse lanzado tarde, tapado por sus defensas. El cancerbero tico estuvo a punto de desviar la pelota.
El juego es de una sola cara, el Real Madrid le ofrece a sus parciales un concierto de fútbol con ese par de talentos en la cintura, Modric, espectacular y el “che” Di María, sobrio e inteligente. Marcelo hace añicos a Vyntra  y le toca a Navas salvar el segundo gol. Benzema se metió hasta la cocina y cuando fusilaba, Keylor lo achica, se le lanza a sus pies y evita el segundo. El duelo se repite y Benzema se filtra por la derecha, cruza el disparo y Navas lo tapa con su estómago y queda lesionado. Lo atienden y el partido sigue.
Finalmente el Levante arma una ofensiva pero el austriaco Ivanschitz, buen jugador, remata a las nubes. Los merengues no hacen más goles por sus afanes de lucimiento, quieren entrar con fútbol asociado, de pie a pie hasta el patio trasero, imitando en mucho al Barcelona de Pep. El exceso de servicios permite que los cuchillos del Levante corten.
En el cierre de la etapa, un nuevo centro de Marcelo lo pica de cabeza Benzema pero caprichosamente el balón pega en el palo vertical con Keylor vencido. El 1-0 en contra le salió bien barato a los discípulos de Caparrós, un técnico bien apasionado, estilo Hernán Medford y a quien su colega Ancelotti, bien tranquilo, miraba sorprendido de reojo, como diciendo:  y a este, ¿qué le pasa?
La segunda parte no puede empezar peor para el Levante ya que el Real Madrid anota en su primer ingreso; jugadón de Cristiano que deja botado a Pedro López y filtra pase de maestro a Marcelo enfilado al área grande. El brasileño amaga, pasa recto Vyntra y le coloca un bólido rastrero y esquineado imposible para el meta costarricense. Un golazo.
Levante se abre, se ofusca y en el minuto 18 firma su sentencia de muerte cuando Diego Navarro baja a Ronaldo con una falta artera y lo expulsan. Los azulgranas pierden 2-0, se quedan con diez hombres y tienen al frente al mejor Real Madrid del momento. La carga es muy pesada y le toca a Navas evitar la catástrofe.
Bombazo de Benzema y Navas le vuelve a decir que no.
Benzema remata de cabeza a un metro de Keylor y el tico con las uñas desvía al palo horizontal.
Nacho, un defensa que entró de cambio por Varane, se topa una bola en la nariz de Keylor, lo crucifica pero Navas desvía. Solo en este rato, el portero de la Selección Nacional salvó tres goles.
Los entrenadores hicieron las tres permutas de rigor, Caparrós más exigido por la expulsión de Navarro y como los delanteros del Real Madrid no podían anotarle a Navas, fue su propio compañero Nikos quien lo crucificó con un autogol impresionante al tratar de desviar un centro de quién… de Marcelo.
Cristiano Ronaldo al poste…
En fin, venció Real Madrid 3-0 en un partido sin el mínimo aprieto.

Gaetano Pandolfo
gpandolfo@larepublica.net
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