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Energía cara por gusto

Raquel Rodríguez rrodriguez@larepublica.net | Sábado 07 junio, 2014




Sustituir la del ICE con generada por privados bajaría precio

Energía cara por gusto

Comprará electricidad limpia a la mitad de lo que le cuesta al Instituto producirla

RESUMEN EJECUTIVO

Abrir el mercado eléctrico, o aumentar la participación de las empresas privadas, es la solución para bajar el precio de la electricidad.
El costo de generación es casi la mitad con respecto al de la térmica del ICE, y eso ayudará a reducir los costos de empresarios y gasto en hogares.
La medida es urgente, ya que el costo incrementó en un 140% durante la última década.

Para reducir las tarifas, echar mano de los privados resultaría beneficioso al tener ellos un menor costo de producción.
La fuente de esa energía es por obligación limpia, es decir, de fuentes como agua o viento.

El tiempo para que empiece a operar una planta, es de dos años en promedio.
Sin embargo, esta visión futura no es compartida por los defensores del Instituto.
El argumento es que en 2017, la capacidad de Reventazón llevará la producción incluso por encima de las necesidades del país, abriendo la opción de exportar.
Sin embargo, el costo de generación por kilovatio es incierto, debido a situaciones como el costo final del financiamiento sobre el proyecto.
Para el caso de los proyectos privados, es el financiamiento el aspecto que abarata el costo final de la generación.
Al ser obras ya pagadas, no tienen un pasivo en los bancos y los precios no contemplan ese compromiso.
Además, los costos de construcción son menores.
La necesidad de bajar los precios de la electricidad, es primordial, no solo para tarifas residenciales, sino para las industrias, ya que algunas empresas se han excusado en los costos de la electricidad para recortar gastos, o para salir de territorio nacional.
En este momento, del total de energía que se consume en el país, solo un 15% puede ser aportado por los generadores privados.
Esta es una restricción de ley, cuyo espíritu es proteger al Instituto para garantizar mercado ante las altas inversiones ya realizadas.
Sin embargo, debido a la presión por reducir tarifas, ya varios grupos presionan para que el Congreso aumente la participación de los generadores privados.
Lo que se desea es aumentar a un 30%.
En lo que a capacidad se refiere, los privados pueden llevar la carga.
La semana anterior, el sector ofreció generar 400MW de potencia, cuando el Instituto lo más que puede comprar por ley es 70MW.
Puesto que en el primer concurso realizado en 2012, adquirieron unos 140 MW.
La tendencia de los últimos dos años es que el ICE produce más caro en comparación con la compra de energía importada y de generadores privados.
Todo este debate se debe a que en la última década, los precios incrementaron un 140%, perjudicando a residencias y empresas.

Peras no son chayotes*

Respecto a la comparación que LA REPÚBLICA hace entre el precio de comparación del ICE y el de los generadores privados, en el sentido de que esto “aliviaría” las tarifas; se trata de un discurso editorial, pero la realidad no necesariamente.
Es así de simple.
No se les explica a los lectores que el costo medio de generación del ICE no se puede comparar con el precio medio de compra a los generadores privados. ¿Por qué?
El generador privado no tiene ninguna responsabilidad por la atención del servicio eléctrico; en cambio, el ICE tiene la obligación de comprarle al privado toda su producción, pero el generador privado solo genera cuando tiene suficiente agua o sopla el viento. Se despreocupa si no tiene fuente y apaga sus máquinas.
El ICE, aunque no se tenga agua ni viento, debe garantizar el suministro.
Para lograrlo el ICE está obligado a tener plantas adicionales.
Es así como opera el Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Para que nadie tema quedarse sin electricidad el país dispone de plantas de generación que suma 2.700 MW para atender una demanda máxima de 1.600 MW. Esa condición es necesaria en un sistema basado en fuentes renovables, muy sensibles a las variaciones climatológicas. El ICE sostiene esa diferencia, que se refleja en el costo medio.
Esa sobreinstalación incluye 600 MW de plantas térmicas. Ese grupo de plantas es muy importante para atender la demanda bajo condiciones climatológicas extremas.
Son las más caras de operar, pero son estratégicas, ya que evitan un racionamiento por falta de agua o viento o por los impactos de la Naturaleza.
Las plantas térmicas se usan como respaldo de las fuentes renovables. En años húmedos casi no se utilizan, pero en años secos como los que estamos atravesando se incrementa su uso significativamente.
El costo medio de generación del ICE en plantas renovables es de ocho centavos de dólar por kWh, mientras que el costo medio de la generación privada es ocho centavos de dólar. Cuando se le adiciona el costo del respaldo térmico y las compras de generación privada, nuestro costo medio asciende a 9,9 centavos de dólar por KW/h.
Por lo anterior es claro que las peras no son chayotes.


Elbert Durán Hidalgo
Director de Comunicación ICE
*Hace alusión al artículo publicado el 5 de junio, titulado “Alivio energético”.

Raquel Rodríguez
rrodriguez@larepublica.net
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