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Jueves, 12 de diciembre de 2024



EDITORIAL


El desperdicio de nuestra riqueza marina

| Sábado 12 julio, 2014




Un país como Costa Rica, con grandes extensiones de fronteras marinas, debería haber tenido siempre gobiernos interesados en desarrollar las mejores políticas para explotar —en el buen sentido de la palabra— las riquezas marinas. Algo que cuidan con gran celo los países desarrollados comprendiendo la importancia del tema


El desperdicio de nuestra riqueza marina

Es una realidad lamentable que en Costa Rica no se ha gobernado de frente sino de espaldas a nuestra riqueza marina y por ello en perjuicio de las familias que, viviendo en las zonas costeras y dedicadas a la pesca artesanal, sufren las consecuencias.
Ahora, habrá más protección para la pesca artesanal en el país. Para lograrlo, las organizaciones vinculadas a ese sector lanzaron una Red Nacional de Áreas Marinas, a través de la cual se promoverá el uso sostenible de las especies marinas, informa una nota de este medio el viernes anterior.
La Red abarca 100 mil hectáreas marinas y por ahora beneficiará ya a 730 familias cuya fuente principal de sustento económico depende de productos del mar.
Las acciones deberían constituirse en una seria llamada de atención para que el actual Gobierno cambie la situación de falta de adecuadas políticas para que los pescadores artesanales puedan realizar esta actividad de forma sostenida. Algo a lo cual tienen todo derecho ellos y sus familias.
Un país como Costa Rica, con grandes extensiones de fronteras marinas, debería haber tenido siempre gobiernos interesados en desarrollar las mejores políticas para explotar —en el buen sentido de la palabra— las riquezas marinas. Algo que cuidan con gran celo los países desarrollados comprendiendo la importancia del tema.
Sin embargo, no ha sido esa la situación en este país al menos en las últimas décadas.
No obstante, hay mucho que podría hacerse si se tomara la decisión de abordar el asunto de modo integral. Es decir, protegiendo nuestra riqueza marina y dictando políticas públicas que favorezcan su aprovechamiento para el país en general.
En muchos otros países incluso, las zonas marinas generan la posibilidad de muchas otras actividades económicas a los habitantes locales, ya que al tener adecuadas obras públicas para el mantenimiento de pueblos y regiones costeros, estos se tornan bellas opciones turísticas.
Por otro lado, artesanías relacionadas con la actividad pesquera, comidas con base en frutos del mar y mucho más, dependiendo de la creatividad de los lugareños y el apoyo y capacitaciones que se les brinden, se pueden desarrollar con éxito.
Es momento pues, de mirar hacia el mar costarricense y tomar conciencia de que nos pertenece si es que decidimos cuidar de él.







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