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EDITORIAL


El caos tiene solución

| Sábado 17 agosto, 2013




Las soluciones para mejorar la calidad del aire que respiramos existen. Es cuestión de querer implementarlas


El caos tiene solución

Bajar la contaminación del aire que respiramos en la ciudad capital, exige admitir y solucionar problemas que no se han enfrentado por parte de los gobiernos.
Diversos estudios ofrecen datos sobre el aumento en la contaminación del aire que respiramos en San José.
El viernes anterior, la sección Código Verde de este medio, vuelve sobre el tema.
Las causas mencionadas son, en realidad, generadoras de contaminación.
Teniendo como fuentes principales la Organización Mundial de la Salud y la Universidad Nacional, se abordan aspectos como la necesidad de actualizar las normativas nacionales que miden los límites permisibles de contaminantes.
Se aconseja también renovar el parque vehicular hacia tecnologías más verdes, entre otras medidas.
No obstante, hay puntos claves que los gobiernos podrían haber regulado de existir voluntad política para ello.
Existen factores que generan permanentes y enormes presas. Estas generan mayor contaminación, como es fácil comprender.
Sin embargo, ¿cuál fue una de las ocurrencias de las autoridades para menguar este problema? Intentar que la población acepte que se está haciendo algo al haber implantado la prohibición de circulación de placas, por sus números, durante un día cada semana.
Es decir, afectar a todas las personas que, de todos modos, no cambiarán sus hábitos de transporte hasta que no se les ofrezca uno público colectivo de calidad.
No obstante, siguen sin ninguna variante de regulación y control en las calles los autobuses, tráileres y taxis.
Para ser más claros, un bus no circula solo por el carril contiguo a la acera, a pesar de ser ese el que le permite detenerse y cargar o descargar pasajeros. Lo hace zigzagueando de carril a carril aunque para ello detiene el tránsito del resto de vehículos.
Los tráileres avanzan por nuestras calles del mismo modo, por el carril que desean y pasando de uno a otro cuando quieren, con incremento de accidentes y poniendo en grave riesgo a la gente no solo por esto sino por el gran tamaño de estas unidades.
Todo este caos vehicular genera las diarias presas, especialmente en las horas pico y aumenta considerablemente el consumo de combustibles y la contaminación del aire.
No obstante… ¿por qué los últimos gobiernos, ante la evidencia del problema insisten en ignorarlo? ¿Por qué no se han tomado las medidas para acabar con ese desorden, al menos mientras se pone en práctica un plan integral que aporte a la población transporte público cómodo, eficiente y seguro?
Las soluciones para mejorar la calidad del aire que respiramos existen. Es cuestión de querer implementarlas.







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