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Con garra y corazón

Cristian Williams cwilliams@larepublica.net | Viernes 30 agosto, 2013


El brasileño Maurín Vieira hizo uno de los mejores juegos, dominó la banda y complicó a su marcador Paúl Aguilar. www.imagenesencostarica.com/La República


Con garra y corazón

Alajuelense recuperó la sonrisa al vencer 1 a 0 al América de México

Hay partidos que se deben ganar a como dé lugar. Alajuelense tenía que hacerlo ante el América de México y lo hizo por 1 a 0. Ojo, no solo ganó, sino que lo hizo bien, lo hizo con garra, corazón y hasta buen fútbol.

Alajuelense, con toda la presión que generan los malos resultados y la polémica salida de Mauricio Montero, salió con todo en busca de al menos, si no podía mostrar un buen juego, sí mucha entrega.
Por eso el equipo corrió, sudó, se barrió, con más ímpetu que ideas, lo que les impedía llegar a la meta del portero Hugo González, pero al menos se notaban mucho mejor de lo que han mostrado en el torneo nacional y sobre todo lo que hicieron hace una semana en Panamá ante el San Miguelito.
Pero tras 15 minutos de buen ritmo, el América logró bajar las revoluciones y comenzó a hacer su juego, puso la pelota en el piso, la llevó de pie a pie, y se vio mejor en el campo, comenzando a llegar a la meta de Patrick Pemberton.
Así, en primera instancia Rubens Sambueza y luego Luis Gabriel Rey obligaron al arquero manudo a un par de tapadas determinantes para que el marcador se mantuviese en cero, al menos en la primera parte.
La ofensiva local fue poca, al punto que durante los primeros 45 minutos no hicieron ni un solo remate directo, ya que toda intención era bien controlada por la zaga de los americanistas.
La complementaria tuvo más vértigo, más intensidad, más posibilidades de gol en ambos marcos y al final, gracias a un penal, fue Alajuelense el que se quedó con los tres puntos, que al menos encienden una vela a la esperanza de pasar a la segunda ronda.
Y es que Óscar Ramírez, que tenía bien estudiados a los americanistas, pobló más el medio campo, quitó la pelota, pero ante todo buscó un transito rápido, para eludir la marca a presión que aplica el equipo de Miguel Herrera.
Cuando le controlaron a Kenneth García, lo sacó para darle campo a Camilo Aguirre y luego a Álvaro Sánchez, quienes oxigenaron la medular y, ayudados por un impetuoso Maurín Vieira, llevaron al equipo a sus mejores momentos.
América sintió que el rival les podía complicar y adelantó las líneas, intentó una anotación y de nuevo, en dos ocasiones claves, Pemberton se agigantó en el marco y paró todo lo que llevaba sello de gol.
El partido pintaba a empate, la Liga no tenía por dónde y al final a los aztecas era un marcador que les servía en sus intenciones de llevarse algo de regreso, que les aseguraba, con solo dos partidos, la opción de estar en la segunda ronda.
Pero no, Sánchez le envió un pase al recién ingresado Armando Alonso, derribado sin apelaciones dentro del área por Carlos Gutiérrez, lo que fue señalado como penal por el salvadoreño Elmer Bonilla.
Frente al balón se paró Álvaro Sánchez, respiró profundo y remató potente. Gol de la Liga, gol de la esperanza, gol del renacimiento, gol de la victoria.
Eran 83 minutos ya, se cuidó la anotación, América no tuvo tiempo para más y al final las águilas se fueron desplumadas del Morera Soto.

Cristian Williams
cwilliams@larepublica.net







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