Aprendimos a usar las tarjetas
Fabio Parreaguirre fparreaguirre@larepublica.net | Lunes 17 diciembre, 2012
Impacto positivo de programas para educar a tarjetahabientes
Aprendimos a usar las tarjetas
Más instrumentos en la calle, menos deuda
En años anteriores las noticias siempre eran las mismas, más tarjetas en la calle, más morosos mes a mes.
Los deudores que los bancos conocen como incobrables —aquellos de más de 90 días de atraso en su cancelación— bajaron en más del 1%, cifra que se ve pequeña, pero comparándola con las más de 20 mil nuevas tarjetas que están en manos de costarricenses en los últimos tres meses, se ve bien.
Esto quiere decir que los emisores de tarjetas se deben preocupar menos por las recuperaciones de créditos, trámites judiciales y tiempo que significa mucho dinero en su administración. En nuestro país hay más de 1,6 millones de plásticos en manos de los consumidores.
“Las tarjetas en el Banco Nacional han mostrado una tendencia a la baja en la morosidad. Es un excelente instrumento de pago para quien la sepa usar”, expresó Marco Vinicio Calderón, director de medios electrónicos de pago del Banco.
Un país como el nuestro debe tener un incentivo hacia el dinero plástico, ya que va ligado a la bancarización y desarrollo de la economía, pero debe existir una adecuada educación.
Para vender tarjetas, los banqueros buscan clientes que ya estén vinculados a la entidad y que sean sujetos de pago. Por regulación un cliente con alto grado de endeudamiento no puede tener una tarjeta de crédito.
“Lo que falta es que los clientes se acerquen a los bancos, aprendan la realidad de este producto, cómo se utiliza como un verdadero medio de pago, sabiendo jugar con las fechas de corte y máximas de pago, planificar mejor las compras y las cancelaciones”, explicó Jimmy Morales, jefe de tarjetas de Banco Cathay.
Todo indica que los consumidores están apostando más por tarjetas con beneficios y descuentos, y no le toman tanta consideración a lo que deben pagar de más por su uso; claro está, si no se paga en tiempo, ni se sobregira a la hora de cierre de su tarjeta.
Lo que se necesita es que la educación continúe y sea mayor, que los emisores unan esfuerzos para comunicar las bondades de esta herramienta de pago.
No se pueden dejar de lado las tarjetas de débito, que ayudan al control de las finanzas tanto de consumidores como de comerciantes.
Fabio Parreaguirre
fparreaguirre@larepublica.net