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NACIONALES


Con tres ajustes, avanzaría carretera china a Limón

Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Miércoles 04 junio, 2014




ANÁLISIS

Poco viable la obra, en su forma actual

Con tres ajustes, avanzaría carretera china a Limón

Proyecto bien hecho ayudaría a consumidores y productores

RESUMEN EJECUTIVO

Es poco probable que avance el proyecto para ampliar la carretera entre Río Frío y Limón, salvo que China, que lo está impulsando, estuviera dispuesta a cambiar tres condiciones inconvenientes.
Para China, sería cuestión de demostrar un verdadero compromiso con este país.
Por nuestra parte, sería cuestión de tomar en cuenta, que pasaría un largo tiempo hasta que se busque otro modelo para llevar a cabo la obra.
Mientras tanto, el proyecto chino tiene varias ventajas.
Los limonenses especialmente ven el proyecto como una herramienta para mejorar las condiciones locales.

Es poco probable, que Costa Rica aprobara el plan chino de ampliar la carretera entre Río Frío y Limón, salvo que se hagan tres cambios importantes.
Por un lado, hay un fuerte compromiso de su país con Costa Rica, dijo el embajador chino tiempo atrás.
Sin embargo, sería cuestión de ver la disposición del Gobierno chino a variar el contrato para hacer la obra, que todavía no ha sido aprobado por la Asamblea.

El contrato fue elaborado durante la administración de Laura Chinchilla.
En lo que a los cambios se refiere, sería conveniente antes de todo contar con el diseño detallado, para poder valorar la viabilidad de la propuesta obra, que supuestamente tendría un costo de unos $500 millones.
En este momento, el plan no explica cómo se justifica este monto, incluso quedan dudas tan básicas como si sea o no necesario reubicar el poliducto de Recope, cuyo trazado va paralelo a la carretera.
De encontrarse la necesidad de trasladar el ducto, podría cambiar de forma significativa el valor del proyecto.
Las dudas surgen además en torno a otros asuntos, desde el tipo de superficie que se utilizaría, hasta el potencial impacto en el costo final de las condiciones físicas.
No existe todavía un estudio de suelo, tampoco queda claro si habrá o no la necesidad de hacer desvíos en el caso de la existencia de humedales, entre varios asuntos, y de ser así, saber cuánto costaría hacer los arreglos adecuados.
Mientras tanto, tenemos presente el ejemplo de la carretera a San Carlos, cuyo precio actual supera los $200 millones, mientras que cuando inició su construcción hace una década, costaba un tercio de ese valor.
Otro ajuste que debería hacerse al plan es acordar que cualquier conflicto que surja con relación al financiamiento de la obra, sea resuelto en un arbitraje internacional en un país neutral.
La propuesta en discusión contempla que se resuelvan las disputas en un arbitraje en China, que sería inconveniente para Costa Rica.
La posibilidad de que la estatal China Harbour Engineering Company utilice un porcentaje de mano de obra asiática en la construcción también genera inquietud, dado el alto nivel de desempleo que hay en Limón.
De resolverse esas dudas sería más factible que avance el proyecto, el cual ofrece varios beneficios.
Uno de ellos es que se podría acelerar la ampliación de la ruta a cuatro carriles, que actualmente es de dos, y así reducir el costo en tiempo, combustible y accidentes de tránsito.
El 80% del comercio del país pasa por esta carretera, pues lleva hacia los puertos de Limón y Moín.
Al descartarse del todo la propuesta china, tomaría años alistar un nuevo proyecto, que requeriría cartel y licitación, así como en muchos casos, una serie de apelaciones de parte de las empresas que no ganaron el contrato.
El financiamiento del proyecto por su parte sería atractivo.
Se trata de un préstamo de $400 millones de hasta 20 años plazo del China Exim Bank, a una tasa del 4%, que es bastante menor al 7%, que el Estado costarricense está pagando, tras la emisión de enero pasado de los eurobonos.
Costa Rica pondría los $100 millones faltantes.
El proyecto además contempla mejorar los puentes, incluso el de Chirripó, calificado hace siete años por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón, como el más peligroso del país.
Por su lado, gran parte de la población limonense apoya el proyecto, al menos en principio, como una herramienta que ayude a agilizar la economía de la provincia.



Danny Canales
Especial para La República
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