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Viernes, 13 de diciembre de 2024



EDITORIAL


Un anhelo que sigue siendo eso

Hoy se reinicia la restricción vehicular y se anuncia un tren eléctrico de pasajeros entre San José y Heredia que comenzaría a funcionar dentro de cuatro años

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 21 julio, 2009


Editorial


Hoy se reinicia en San José la restricción vehicular, ese parche al serio problema de desorden y caos vehicular en la ciudad, que, desde luego, no solucionará una situación que requiere mucho más que medidas cortoplacistas. De nuevo, cientos de trabajadores que por carecer de autobuses cómodos, eficientes, con buenos horarios y de calles seguras, optaron por adquirir un automóvil, a veces con sacrificios económicos, para reemplazar lo que la administración no les da, se verán obligados a dejarlo en su casa una vez a la semana. Por otro lado, se anuncia el inicio de la gestión que, supuestamente, pondría a funcionar un tren eléctrico de pasajeros entre San José y Heredia dentro de cuatro años. Una medida que ejemplifica las que se deberían haber dado como parte de un plan integral de ordenamiento y solución al grave problema de la circulación vehicular y que, lamentablemente, brilló por su ausencia. Así las cosas, le deseamos el mejor de los éxitos al futuro tren y una buena dosis de resignación a quienes, mientras tanto, siguen sumidos en la anarquía diaria de las calles, ahora en intento de mitigación, no mediante hábiles planes y soluciones de la administración, que ha demostrado no poder o no querer hacerlo, sino mediante el sacrificio de la población que dispone de un vehículo particular para sus necesidades de traslado. Suponemos que, por otro lado, los policías de tránsito que nunca recibieron la indicación de desbloquear las calles convertidas en parqueos privados, entre otros desastres del caos vial, sí han recibido ya la orden de dedicar su tiempo laboral a la confección de multas a quienes intenten burlar la restricción vehicular. Los costarricenses merecen mucho más que eso. Merecen una ciudad ordenada y segura, un servicio de transporte público que los anime a usarlo, una Policía de Tránsito dedicada a que se respete el orden, calles bien dispuestas para la circulación de vehículos, no para parqueo de quien decida violar las disposiciones, aceras y espacios seguros para quienes caminan por la ciudad. Pero todo esto, desde luego, se logra con planes integrales. Un anhelo que sigue siendo eso.









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