Zelaya y líder parlamentario se cruzan insultos
| Jueves 21 mayo, 2009
Presidente hondureño calificó de “delirio” las declaraciones de Micheletti
Zelaya y líder parlamentario se cruzan insultos
Presidente del Congreso denunció haber recibido amenazas de muerte
Tegucigalpa
EFE
Manuel Zelaya, gobernante hondureño, y el presidente del Parlamento, Roberto Micheletti, se intercambiaron ayer insultos como “trastornado” o alucinado por la “fiebre porcina” a raíz de una denuncia del legislador por unas amenazas de muerte.
El “fuego” lo abrió el presidente del Parlamento, Roberto Micheletti, quien denunció que había recibido amenazas de muerte, de las que responsabilizó “al poder Ejecutivo”.
Micheletti también acusó al presidente hondureño, Manuel Zelaya, sin citarlo por su nombre, de ser “un trastornado que quiere quedarse con el poder del país” por promover una campaña a favor de una Asamblea Nacional Constituyente que reforme la actual Carta Magna.
“Yo aquí públicamente responsabilizo al poder Ejecutivo si algo me pasase a mí o a mi familia, a mis hijos o a mi esposa, porque ya basta, porque yo creo que nosotros no tenemos por qué estar sufriendo situaciones de aspiraciones de un trastornado que quiere quedarse con el poder del país”, expresó.
Zelaya, en declaraciones a Efe en Nicaragua, donde viajó ayer para asistir a una cumbre centroamericana, respondió que “quienes hacen esas denuncias tienen fiebre porcina (gripe A) y están delirando”.
“Así hay que tratar a la gente que hace ese tipo de denuncias”, dijo Zelaya entre risas.
Micheletti había dicho en el Parlamento que desde hace tres años es víctima de una “campaña sostenida de insultos” desde el Ejecutivo.
Además atribuyó la campaña de Zelaya para que se reforme la Constitución a su intención de seguir en el poder, aunque su mandato concluye el 27 de enero de 2010, lo que el presidente ha negado en varias ocasiones.
El mandatario promueve una “cuarta urna”, que se sumará a las de presidente, diputados y alcaldes en las elecciones generales de noviembre próximo, para que los hondureños, según él, decidan si quieren una Asamblea Nacional Constituyente.
Esta propuesta tiene divididos a los hondureños entre quienes la apoyan, según denuncia de varios sectores, a cambio de favores económicos que estarían recibiendo del Ejecutivo, y los que la rechazan, convencidos de que el presidente quiere el continuismo.
La “cuarta urna” ha desatado una guerra verbal entre el Gobierno y varios sectores, que a veces cae en ofensas, incluso por parte de algunos ministros del Gobierno de Zelaya.
A eso se suma una confrontación casi diaria entre el presidente y los periodistas, los dueños de algunos medios de comunicación, adversarios políticos y empresarios, que comenzó pocos días después de haber asumido el poder, el 27 de enero de 2006.
La gota que derramó el vaso entre Micheletti y Zelaya fue una denuncia del director de la estatal Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), Raúl Valladares, quien ayer acusó al presidente del Parlamento por difamación.
Según Valladares, quien ha sido secretario privado de Zelaya, el legislador es el autor intelectual de una campaña por Internet en la que se le acusa de enriquecimiento ilícito.
Valladares hizo la denuncia en la Casa Presidencial, acompañado por el ministro de Seguridad, Jorge Rodas, de quien Micheletti.
Micheletti dijo ayer haber perdido la confianza en Rodas e incluso le pidió que retirara al soldado o policía que custodia su casa.
“No me están dando seguridad, me están dando preocupaciones”, sostuvo.
Los enfrentamientos entre la clase gobernante de Honduras se dan cuando el país sufre una agitada ola de crímenes, secuestros, robos, narcotráfico, desempleo, pobreza e inseguridad, entre otros problemas sociales.
Zelaya y líder parlamentario se cruzan insultos
Presidente del Congreso denunció haber recibido amenazas de muerte
Tegucigalpa
EFE
Manuel Zelaya, gobernante hondureño, y el presidente del Parlamento, Roberto Micheletti, se intercambiaron ayer insultos como “trastornado” o alucinado por la “fiebre porcina” a raíz de una denuncia del legislador por unas amenazas de muerte.
El “fuego” lo abrió el presidente del Parlamento, Roberto Micheletti, quien denunció que había recibido amenazas de muerte, de las que responsabilizó “al poder Ejecutivo”.
Micheletti también acusó al presidente hondureño, Manuel Zelaya, sin citarlo por su nombre, de ser “un trastornado que quiere quedarse con el poder del país” por promover una campaña a favor de una Asamblea Nacional Constituyente que reforme la actual Carta Magna.
“Yo aquí públicamente responsabilizo al poder Ejecutivo si algo me pasase a mí o a mi familia, a mis hijos o a mi esposa, porque ya basta, porque yo creo que nosotros no tenemos por qué estar sufriendo situaciones de aspiraciones de un trastornado que quiere quedarse con el poder del país”, expresó.
Zelaya, en declaraciones a Efe en Nicaragua, donde viajó ayer para asistir a una cumbre centroamericana, respondió que “quienes hacen esas denuncias tienen fiebre porcina (gripe A) y están delirando”.
“Así hay que tratar a la gente que hace ese tipo de denuncias”, dijo Zelaya entre risas.
Micheletti había dicho en el Parlamento que desde hace tres años es víctima de una “campaña sostenida de insultos” desde el Ejecutivo.
Además atribuyó la campaña de Zelaya para que se reforme la Constitución a su intención de seguir en el poder, aunque su mandato concluye el 27 de enero de 2010, lo que el presidente ha negado en varias ocasiones.
El mandatario promueve una “cuarta urna”, que se sumará a las de presidente, diputados y alcaldes en las elecciones generales de noviembre próximo, para que los hondureños, según él, decidan si quieren una Asamblea Nacional Constituyente.
Esta propuesta tiene divididos a los hondureños entre quienes la apoyan, según denuncia de varios sectores, a cambio de favores económicos que estarían recibiendo del Ejecutivo, y los que la rechazan, convencidos de que el presidente quiere el continuismo.
La “cuarta urna” ha desatado una guerra verbal entre el Gobierno y varios sectores, que a veces cae en ofensas, incluso por parte de algunos ministros del Gobierno de Zelaya.
A eso se suma una confrontación casi diaria entre el presidente y los periodistas, los dueños de algunos medios de comunicación, adversarios políticos y empresarios, que comenzó pocos días después de haber asumido el poder, el 27 de enero de 2006.
La gota que derramó el vaso entre Micheletti y Zelaya fue una denuncia del director de la estatal Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), Raúl Valladares, quien ayer acusó al presidente del Parlamento por difamación.
Según Valladares, quien ha sido secretario privado de Zelaya, el legislador es el autor intelectual de una campaña por Internet en la que se le acusa de enriquecimiento ilícito.
Valladares hizo la denuncia en la Casa Presidencial, acompañado por el ministro de Seguridad, Jorge Rodas, de quien Micheletti.
Micheletti dijo ayer haber perdido la confianza en Rodas e incluso le pidió que retirara al soldado o policía que custodia su casa.
“No me están dando seguridad, me están dando preocupaciones”, sostuvo.
Los enfrentamientos entre la clase gobernante de Honduras se dan cuando el país sufre una agitada ola de crímenes, secuestros, robos, narcotráfico, desempleo, pobreza e inseguridad, entre otros problemas sociales.