Vendidas al mejor postor
| Lunes 01 octubre, 2007
Vendidas al mejor postor
Una serie en la televisión nacional atrae a muchos en estos días. Desde el nombre: “Sin tetas no hay paraíso”, hasta el tema: la moda de los implantes en el cuerpo, el desencanto de la juventud y el narcotráfico, le otorgan un atractivo capaz de capturar la atención de un público variado.
Desde hombres que disfrutan mirando en las pantallas cuerpos, naturales o de silicona, hasta jovencitas que temen no ser apreciadas si sus medidas no son las de moda, y muchos otros por simple deseo de entretenimiento pueden estar ya “enganchados” a canal 6 de lunes a viernes a las 10 p.m.
Con semejantes “ganchos” y en general buenas actuaciones, guion, dirección y edición, la serie es una fuerte crítica y un acierto más de esos emprendedores colombianos que no pierden tiempo porque han comprendido las grandes posibilidades del negocio de la producción audiovisual como producto de exportación.
Ya tuvimos anteriormente la famosa “Los Reyes”, un éxito argentino repetido en Colombia, previa compra de los derechos, que se transmitió en bastantes países latinoamericanos y mantuvo a muchos en la pantalla del 6 pendientes de las peripecias de los personajes de esa comedia muy bien lograda también y con crítica social.
Ahora, “Sin tetas no hay paraíso” (con ese nombre no necesita mayores explicaciones), toca temas de candente actualidad. La sociedad de hoy, dando valor casi solo a lo material, lleva a las adolescentes y jóvenes a pensar que sin el cuerpo de moda y los objetos que solo con dinero pueden adquirir, la vida no tiene sentido y no podrán alcanzar la felicidad.
Así las cosas, solo hay dos caminos: o los padres proveen dinero o ellas y ellos buscan el camino más rápido y fácil para obtenerlo que, según la serie, ubicada en Colombia, puede ser el del narcotráfico. En Costa Rica, la opción de estudiar, esforzarse y surgir ha perdido mucho terreno también. La falta de empleo y la incertidumbre sobre el futuro, sumados a la corrupción de quienes deberían ser el buen ejemplo, confunden a muchos jóvenes.
“Sin tetas no hay paraíso” atrae televidentes y habrá que verla hasta el final para valorar si su crítica deja un saldo positivo, además de la segura dosis de entretenimiento que aporta a una programación nacional muy escasa en diversión con buen contenido. Por cierto, ahora que, finalmente, gracias a años de esfuerzos individuales aislados, el gobierno parece ver el potencial de la industria audiovisual, Costa Rica tiene el talento si quiere producir para exportación.
Una serie en la televisión nacional atrae a muchos en estos días. Desde el nombre: “Sin tetas no hay paraíso”, hasta el tema: la moda de los implantes en el cuerpo, el desencanto de la juventud y el narcotráfico, le otorgan un atractivo capaz de capturar la atención de un público variado.
Desde hombres que disfrutan mirando en las pantallas cuerpos, naturales o de silicona, hasta jovencitas que temen no ser apreciadas si sus medidas no son las de moda, y muchos otros por simple deseo de entretenimiento pueden estar ya “enganchados” a canal 6 de lunes a viernes a las 10 p.m.
Con semejantes “ganchos” y en general buenas actuaciones, guion, dirección y edición, la serie es una fuerte crítica y un acierto más de esos emprendedores colombianos que no pierden tiempo porque han comprendido las grandes posibilidades del negocio de la producción audiovisual como producto de exportación.
Ya tuvimos anteriormente la famosa “Los Reyes”, un éxito argentino repetido en Colombia, previa compra de los derechos, que se transmitió en bastantes países latinoamericanos y mantuvo a muchos en la pantalla del 6 pendientes de las peripecias de los personajes de esa comedia muy bien lograda también y con crítica social.
Ahora, “Sin tetas no hay paraíso” (con ese nombre no necesita mayores explicaciones), toca temas de candente actualidad. La sociedad de hoy, dando valor casi solo a lo material, lleva a las adolescentes y jóvenes a pensar que sin el cuerpo de moda y los objetos que solo con dinero pueden adquirir, la vida no tiene sentido y no podrán alcanzar la felicidad.
Así las cosas, solo hay dos caminos: o los padres proveen dinero o ellas y ellos buscan el camino más rápido y fácil para obtenerlo que, según la serie, ubicada en Colombia, puede ser el del narcotráfico. En Costa Rica, la opción de estudiar, esforzarse y surgir ha perdido mucho terreno también. La falta de empleo y la incertidumbre sobre el futuro, sumados a la corrupción de quienes deberían ser el buen ejemplo, confunden a muchos jóvenes.
“Sin tetas no hay paraíso” atrae televidentes y habrá que verla hasta el final para valorar si su crítica deja un saldo positivo, además de la segura dosis de entretenimiento que aporta a una programación nacional muy escasa en diversión con buen contenido. Por cierto, ahora que, finalmente, gracias a años de esfuerzos individuales aislados, el gobierno parece ver el potencial de la industria audiovisual, Costa Rica tiene el talento si quiere producir para exportación.