Tensiones entre países hermanos
| Viernes 17 diciembre, 2010
Tensiones entre países hermanos
Ya han pasado más de 150 años de la firma del tratado limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua, el tratado Cañas–Jerez; y hoy día nos volvemos a encontrar con problemas de esta índole, el punto de discusión es el porqué de que luego de tantos años no hayamos logrado establecernos y poner en claro todas estas diferencias.
Está claro que es necesario abordar todos los puntos diplomáticos para poder obtener la mejor solución y que ambas partes quedemos completamente claras y conformes con lo estipulado. El problema que se ha dado en el río San Juan es de suma delicadeza para Costa Rica, ya que el mismo se desarrolla alrededor de un ambiente muy tenso, esto ha afectado a los poblados aledaños a las riberas del río (en ambos lados de la frontera).
Afortunadamente el problema no se ha extendido al punto de afectar gravemente las relaciones comerciales, por lo tanto no se ha visto afectado el sector empresarial; ni la ciudadanía que requiere de estos productos y servicios, sin embargo las relaciones políticas se han deteriorado.
Ambos países han optado por seguir la vía diplomática y el respeto a las normas del derecho internacional en la medida de lo posible, sin embargo se ha tenido que recurrir a la movilización de la Fuerza Pública al área limítrofe para poder garantizar la seguridad y la integridad de la soberanía costarricense y sus habitantes.
Como es bien sabido por todos, la sociedad costarricense y la nicaragüense siempre han compartido un nexo histórico y cultural dentro de la mayor armonía y hermandad. Esto convierte esta nueva desavenencia en un hecho muy doloroso para todos aquellos que convivimos con hermanos nicaragüenses o que provienen de este país. Una parte importante de la población nacional es de origen nicaragüense; este fenómeno migratorio se da debido a que muchas personas viajan a nuestro país en busca de empleo y de una mejor calidad de vida, los mismos componen gran parte de la fuerza de trabajo del país por lo que con su aporte contribuyen al desarrollo de Costa Rica.
Pese a que durante los últimos años se han ido incrementando las iniciativas por unidad y una mayor integración entre las naciones centroamericanas, son situaciones como ésta las que han retrasado que se den estos procesos. Esperamos que esta situación llegue al término a corto plazo y que las secuelas sean mínimas dentro de ambos pueblos y que pronto la paz, armonía y tolerancia regresen al seno de nuestras naciones.
Consideramos que la presidenta Chinchilla ha actuado de la manera más idónea al hacer un llamado a la calma y la razón, ya que estas son las que deben reinar en las mentes de los costarricenses para poder buscar una solución integral al problema y evitar los roces y la tensión innecesarios; éste es un momento en el que se debe de exaltar la idiosincrasia costarricense de respeto a la paz y la hermandad entre los pueblos.
Guido Arce Boniche
Rebeca Porras Alfaro
Asesores en Relaciones Internacional / FUNDACION MUNDIAL DEJAME VIVIR EN PAZ
Ya han pasado más de 150 años de la firma del tratado limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua, el tratado Cañas–Jerez; y hoy día nos volvemos a encontrar con problemas de esta índole, el punto de discusión es el porqué de que luego de tantos años no hayamos logrado establecernos y poner en claro todas estas diferencias.
Está claro que es necesario abordar todos los puntos diplomáticos para poder obtener la mejor solución y que ambas partes quedemos completamente claras y conformes con lo estipulado. El problema que se ha dado en el río San Juan es de suma delicadeza para Costa Rica, ya que el mismo se desarrolla alrededor de un ambiente muy tenso, esto ha afectado a los poblados aledaños a las riberas del río (en ambos lados de la frontera).
Afortunadamente el problema no se ha extendido al punto de afectar gravemente las relaciones comerciales, por lo tanto no se ha visto afectado el sector empresarial; ni la ciudadanía que requiere de estos productos y servicios, sin embargo las relaciones políticas se han deteriorado.
Ambos países han optado por seguir la vía diplomática y el respeto a las normas del derecho internacional en la medida de lo posible, sin embargo se ha tenido que recurrir a la movilización de la Fuerza Pública al área limítrofe para poder garantizar la seguridad y la integridad de la soberanía costarricense y sus habitantes.
Como es bien sabido por todos, la sociedad costarricense y la nicaragüense siempre han compartido un nexo histórico y cultural dentro de la mayor armonía y hermandad. Esto convierte esta nueva desavenencia en un hecho muy doloroso para todos aquellos que convivimos con hermanos nicaragüenses o que provienen de este país. Una parte importante de la población nacional es de origen nicaragüense; este fenómeno migratorio se da debido a que muchas personas viajan a nuestro país en busca de empleo y de una mejor calidad de vida, los mismos componen gran parte de la fuerza de trabajo del país por lo que con su aporte contribuyen al desarrollo de Costa Rica.
Pese a que durante los últimos años se han ido incrementando las iniciativas por unidad y una mayor integración entre las naciones centroamericanas, son situaciones como ésta las que han retrasado que se den estos procesos. Esperamos que esta situación llegue al término a corto plazo y que las secuelas sean mínimas dentro de ambos pueblos y que pronto la paz, armonía y tolerancia regresen al seno de nuestras naciones.
Consideramos que la presidenta Chinchilla ha actuado de la manera más idónea al hacer un llamado a la calma y la razón, ya que estas son las que deben reinar en las mentes de los costarricenses para poder buscar una solución integral al problema y evitar los roces y la tensión innecesarios; éste es un momento en el que se debe de exaltar la idiosincrasia costarricense de respeto a la paz y la hermandad entre los pueblos.
Guido Arce Boniche
Rebeca Porras Alfaro
Asesores en Relaciones Internacional / FUNDACION MUNDIAL DEJAME VIVIR EN PAZ