Sustos al borde de la parodia
| Jueves 04 octubre, 2007
Sustos al borde de la parodia
• Los hermanos Pang, expertos en escalofríos, desperdician su destreza con un risible cuento de terror gótico
El mensajero
(The Messenger)
Dirección: Danny y Oxide Pang. Reparto: Kristen Stewart, Dylan McDermott, Penelope Ann Miller, John Corbett. Duración: 1.30. Origen: Canadá-EE.UU. 2007. Calificación: 2.
El éxito de “El ojo” (The Eye, 2002) convirtió a sus autores Danny y Oxide Pang en figuras de culto del cine fantástico. Oriundos de Hong Kong, los dos hermanos triunfaron en el mercado asiático, antes de obtener fama internacional como expertos en escalofríos, gracias a esa muestra eficaz de horror sobrenatural.
Después de hacerse cargo de otros largometrajes, incluyendo dos secuelas de “El ojo”, ellos incursionan en la industria hollywoodense con “El mensajero”, donde desperdician su destreza filmando un risible cuento de terror gótico.
Tras un modesto prólogo en blanco y negro, arranca la predecible odisea de una familia que se muda a una remota casa de campo, en Dakota del Norte. La familia está integrada por los cónyuges Roy y Denise Solomon, y sus dos hijos: la adolescente Jess y el pequeño Ben. Desde su llegada, los Solomon perciben que algo anormal se oculta en la granja: extraños ruidos provenientes desde el sótano sugieren que el lugar está infestado de fantasmas. A pesar de ello, Roy rechaza la generosa oferta de un empresario, interesado en comprar la propiedad, y contrata a un desconocido, quien ofrece sus servicios como capataz.
Por primera vez en su corta trayectoria, los hermanos Pang trabajan con un libreto ajeno, lo cual se revela un error garrafal. El libreto en cuestión es obra de Mark Wheaton, con base en un argumento original de Todd Farmer. Es un absurdo coctel de ideas robadas de un sinnúmero de cintas anteriores.
El concepto de la casa embrujada se remonta a los más antiguos ejemplos del género, aunque recuerda en particular a “El terror de Amityville” (1979). Las manifestaciones tenebrosas, se parecen a “El exorcista” (1973); mientras que hay algo de “El sexto sentido” (1999), en la forma en que solo el niño Ben detecta la presencia de espectros.
Estas referencias no siguen un patrón determinado, sino que se juntan de manera casual e incoherente. Una secuencia que parece sacada de “Los muertos diabólicos 2” (1987), es el preámbulo de un guión a “Los pájaros” (1963) de Hitchcock, mientras que el atropellado desenlace trata en vano de reproducir la tensión de “El resplandor” (1980). Todo lo anterior presentado sin la menor creatividad, imitando la estética japonesa al estilo de “El aro” (Ringu, 1998).
Nada funciona, en este torpe revoltijo de sustos baratos al borde de la parodia. Con leves modificaciones, “El mensajero” pudo ofrecer material satírico para una nueva entrega de “Una película de miedo” (Scary Movie), o alguna payasada similar.
• Los hermanos Pang, expertos en escalofríos, desperdician su destreza con un risible cuento de terror gótico
El mensajero
(The Messenger)
Dirección: Danny y Oxide Pang. Reparto: Kristen Stewart, Dylan McDermott, Penelope Ann Miller, John Corbett. Duración: 1.30. Origen: Canadá-EE.UU. 2007. Calificación: 2.
El éxito de “El ojo” (The Eye, 2002) convirtió a sus autores Danny y Oxide Pang en figuras de culto del cine fantástico. Oriundos de Hong Kong, los dos hermanos triunfaron en el mercado asiático, antes de obtener fama internacional como expertos en escalofríos, gracias a esa muestra eficaz de horror sobrenatural.
Después de hacerse cargo de otros largometrajes, incluyendo dos secuelas de “El ojo”, ellos incursionan en la industria hollywoodense con “El mensajero”, donde desperdician su destreza filmando un risible cuento de terror gótico.
Tras un modesto prólogo en blanco y negro, arranca la predecible odisea de una familia que se muda a una remota casa de campo, en Dakota del Norte. La familia está integrada por los cónyuges Roy y Denise Solomon, y sus dos hijos: la adolescente Jess y el pequeño Ben. Desde su llegada, los Solomon perciben que algo anormal se oculta en la granja: extraños ruidos provenientes desde el sótano sugieren que el lugar está infestado de fantasmas. A pesar de ello, Roy rechaza la generosa oferta de un empresario, interesado en comprar la propiedad, y contrata a un desconocido, quien ofrece sus servicios como capataz.
Por primera vez en su corta trayectoria, los hermanos Pang trabajan con un libreto ajeno, lo cual se revela un error garrafal. El libreto en cuestión es obra de Mark Wheaton, con base en un argumento original de Todd Farmer. Es un absurdo coctel de ideas robadas de un sinnúmero de cintas anteriores.
El concepto de la casa embrujada se remonta a los más antiguos ejemplos del género, aunque recuerda en particular a “El terror de Amityville” (1979). Las manifestaciones tenebrosas, se parecen a “El exorcista” (1973); mientras que hay algo de “El sexto sentido” (1999), en la forma en que solo el niño Ben detecta la presencia de espectros.
Estas referencias no siguen un patrón determinado, sino que se juntan de manera casual e incoherente. Una secuencia que parece sacada de “Los muertos diabólicos 2” (1987), es el preámbulo de un guión a “Los pájaros” (1963) de Hitchcock, mientras que el atropellado desenlace trata en vano de reproducir la tensión de “El resplandor” (1980). Todo lo anterior presentado sin la menor creatividad, imitando la estética japonesa al estilo de “El aro” (Ringu, 1998).
Nada funciona, en este torpe revoltijo de sustos baratos al borde de la parodia. Con leves modificaciones, “El mensajero” pudo ofrecer material satírico para una nueva entrega de “Una película de miedo” (Scary Movie), o alguna payasada similar.