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FORO DE LECTORES


Retos de nuestra democracia

| Sábado 18 septiembre, 2010


Retos de nuestra democracia

La fortaleza de una democracia se sitúa en su constitución, es ahí donde están sus bases. Nuestra Carta Magna establece la organización y las atribuciones del poder público, así como el reconocer y garantizar la protección y tutela de los derechos fundamentales de las personas.
Lo que supone que la democracia constituye un régimen político, que implica no solo una forma de gobierno y una estructura social, sino también valores, actitudes, conductas democráticas y un Estado de derecho.
No obstante, el funcionamiento actual de la democracia, y sus perspectivas de desarrollo futuro, se encuentran condicionadas por la acentuación de las desigualdades, la falta de crecimiento económico, escasez de empleo y crimen organizado.
Está claro que la democracia no debe entenderse solamente como un sistema de articulación de la representación política o de equilibrios institucionales, sino que debe ser contemplada también como un sistema orientado a encontrar las mejores soluciones a los problemas sociales planteados en la convivencia.
Por ello hay que perfeccionar los sistemas democráticos, no solo porque tal perfeccionamiento forma parte de la lógica del progreso en la evolución histórica y el avance de la civilización humana, sino también porque es necesario corregir disfunciones y desajustes de representación.
Por lo tanto, uno de los principales retos en la fase política en la que nos encontramos es rectificar los riesgos de seguir hacia una grave acentuación de las desigualdades y hacer frente a la actual crisis del trabajo, la inseguridad ciudadana y otros problemas nacionales que impiden que avancemos.
Para superar tales dificultades se necesita una nueva forma de orientar las cuestiones públicas, un marco distinto de definición de las prioridades sociales y humanas y un sistema de valores que permita obtener interpretaciones y aspiraciones políticas del colectivo social.
Si no se responde a estos riesgos de manera satisfactoria, si los ciudadanos no ven en la democracia una vía adecuada para superar tales problemas y solucionar la crisis de lo social (equidad) y de lo laboral (desempleo ) se acabará poniendo en cuestión la propia credibilidad de los sistemas de representación.
Está claro que el futuro de nuestras sociedades va a depender de la manera en que se enlacen estas dimensiones de la experiencia humana de vida en común. Si las desigualdades aumentan, si el trabajo es precario y, al mismo tiempo, las oportunidades de empleo se deterioran, la democracia acabará viéndose afectada.
Finalmente, se entiende a la democracia como un conjunto de normas para que el pueblo elija libremente, a pesar de que el objetivo es forjar un sentimiento y una conciencia que conduzcan hacia el bien común. El reto actual de una democracia es actualizar y profundizar el contenido de sus fines, adecuándolos a los valores sociales, éticos y culturales vigentes.

Luis Fernando Allen Forbes
Director ejecutivo
Asociación Salvemos El Río Pacuare





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