Retoma Liberación control del Congreso
Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Miércoles 02 mayo, 2012
Presidencia de la Asamblea en manos de legislador del PASE
Retoma Liberación control del Congreso
Plan fiscal y Ottón Solís desestabilizaron Alianza opositora
Un año después de sufrir una dura derrota, al perder las riendas de la Asamblea Legislativa a manos de la oposición, el oficialista Liberación Nacional (PLN) retomó ayer el control del Congreso por medio de uno de sus aliados.
En tan solo dos horas y media, sin mayores sobresaltos y con cálculo frío, los verdiblancos desplazaron a la Alianza por Costa Rica de todos los puestos del directorio.
Esto le permitirá al Gobierno no solo repartir puestos en las comisiones plenas y ordinarias con su nuevo aliado, el Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), sino también agilizar el trámite de los proyectos de su interés.
Asimismo, se garantizó una clara mayoría de seis diputados en la estratégica comisión de asuntos hacendarios, donde se discute el presupuesto y eventualmente una nueva iniciativa fiscal.
Al ser en punto las 9.22 a.m., todos los rumores que precedieron la elección del presidente del Congreso, quedaron en el olvido.
Los 31 votos que alcanzó Víctor Emilio Granados, del PASE, para ser electo, echaron por tierra las ilusiones de los legisladores de oposición que soñaban con una traición entre los nuevos aliados del oficialismo.
Hubo lágrimas de regocijo, pero también de pena por esa elección.
Por un lado, Granados culmina con alegría en su fuero interno, un proceso de cambio radical, humano y profesional, que lo llevó desde una celda en La Reforma, a la Presidencia de la Asamblea Legislativa.
“Puedo ver a mis compañeros a los ojos, porque queremos hacer lo mejor para Costa Rica. Con cada paso que doy en mi vida, me acerco un poco más al hombre que siempre quise ser y me alejo del que pude haber sido, me siento orgulloso de ser presidente de la Asamblea y prometo llevar el cargo con honor”, indicó Granados entre abundantes lágrimas.
Por otra parte, la tristeza se reflejó en el rostro de los diputados de oposición, quienes sabían que esa designación era el principio del fin del reinado de la Alianza por Costa Rica en Cuesta de Moras, un poder efímero que no se pudo sostener por las diferencias internas entre los partidos.
Sin haberse presentado la sorpresa que esperaban, el resto de la sesión legislativa pasó sin pena ni gloria, mientras uno a uno de los puestos se fueron llenando con los candidatos de la papeleta oficialista.
De los seis cargos del nuevo directorio, tres quedaron en manos del PASE y el resto se lo repartieron Liberación, Restauración Nacional y Renovación Costarricense.
Aunque los verdiblancos solo nombraron a Xinia Espinoza en la segunda secretaría, esto no significa que quedaron rezagados en comparación con sus aliados, ya que los liberacionistas son la fracción más numerosa, por lo que a final de cuentas, pueden imponer sus decisiones.
Los verdiblancos cedieron los principales puestos en el directorio legislativo, aduciendo la necesidad de recuperar la gobernabilidad en Cuesta de Moras.
La elección de Granados y compañía para el nuevo directorio, fue motivo de fuertes acusaciones, recriminaciones y todo tipo de rumores en los meses previos.
A una semana del 1° de mayo, el PASE anunció su salida de la Alianza por Costa Rica, aduciendo que el bloque opositor no tenía rumbo.
En el mismo acto, informó sobre su unión con Liberación, lo que generó una serie de críticas por parte de la oposición.
No obstante, la derrota de la Alianza se empezó a gestar meses antes, cuando Ottón Solís, líder y fundador del Partido Acción Ciudadana, negoció un plan fiscal con el Gobierno.
El impulso a un paquete de impuestos en setiembre pasado, sin tomar en cuenta la opinión del resto de bancadas de oposición, generó la primera gran crisis de la Alianza por Costa Rica.
En aquella ocasión, el bloque de legisladores de oposición quedó herido de muerte y con grandes resentimientos internos, a pesar de que al final el mismo plan fiscal fracasó.
Conforme se acercaba el 1° de mayo, el mismo Solís empezó a criticar a Danilo Cubero, aspirante libertario a ocupar la silla del Congreso por parte del bloque opositor.
Esto hizo que se generara incertidumbre a lo interno de la Alianza sobre su continuidad, pues los dimes y diretes entre Solís y los libertarios no cesaron.
En medio de todo esto, los diputados de Liberación Nacional trabajaron sigilosamente, detectaron la disconformidad del PASE con la Alianza y le ofrecieron los puestos más importantes en el directorio.
Mientras los integrantes de la Alianza se peleaban entre sí, los verdiblancos eran pescadores en un río revuelto.
Pese a los fuertes ataques por parte de los legisladores de oposición, al final la nueva alianza parlamentaria que incluye al PLN, al PASE y a los dos legisladores evangélicos logró mantenerse contra viento y marea.
Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
Retoma Liberación control del Congreso
Plan fiscal y Ottón Solís desestabilizaron Alianza opositora
Un año después de sufrir una dura derrota, al perder las riendas de la Asamblea Legislativa a manos de la oposición, el oficialista Liberación Nacional (PLN) retomó ayer el control del Congreso por medio de uno de sus aliados.
En tan solo dos horas y media, sin mayores sobresaltos y con cálculo frío, los verdiblancos desplazaron a la Alianza por Costa Rica de todos los puestos del directorio.
Esto le permitirá al Gobierno no solo repartir puestos en las comisiones plenas y ordinarias con su nuevo aliado, el Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), sino también agilizar el trámite de los proyectos de su interés.
Asimismo, se garantizó una clara mayoría de seis diputados en la estratégica comisión de asuntos hacendarios, donde se discute el presupuesto y eventualmente una nueva iniciativa fiscal.
Al ser en punto las 9.22 a.m., todos los rumores que precedieron la elección del presidente del Congreso, quedaron en el olvido.
Los 31 votos que alcanzó Víctor Emilio Granados, del PASE, para ser electo, echaron por tierra las ilusiones de los legisladores de oposición que soñaban con una traición entre los nuevos aliados del oficialismo.
Hubo lágrimas de regocijo, pero también de pena por esa elección.
Por un lado, Granados culmina con alegría en su fuero interno, un proceso de cambio radical, humano y profesional, que lo llevó desde una celda en La Reforma, a la Presidencia de la Asamblea Legislativa.
“Puedo ver a mis compañeros a los ojos, porque queremos hacer lo mejor para Costa Rica. Con cada paso que doy en mi vida, me acerco un poco más al hombre que siempre quise ser y me alejo del que pude haber sido, me siento orgulloso de ser presidente de la Asamblea y prometo llevar el cargo con honor”, indicó Granados entre abundantes lágrimas.
Por otra parte, la tristeza se reflejó en el rostro de los diputados de oposición, quienes sabían que esa designación era el principio del fin del reinado de la Alianza por Costa Rica en Cuesta de Moras, un poder efímero que no se pudo sostener por las diferencias internas entre los partidos.
Sin haberse presentado la sorpresa que esperaban, el resto de la sesión legislativa pasó sin pena ni gloria, mientras uno a uno de los puestos se fueron llenando con los candidatos de la papeleta oficialista.
De los seis cargos del nuevo directorio, tres quedaron en manos del PASE y el resto se lo repartieron Liberación, Restauración Nacional y Renovación Costarricense.
Aunque los verdiblancos solo nombraron a Xinia Espinoza en la segunda secretaría, esto no significa que quedaron rezagados en comparación con sus aliados, ya que los liberacionistas son la fracción más numerosa, por lo que a final de cuentas, pueden imponer sus decisiones.
Los verdiblancos cedieron los principales puestos en el directorio legislativo, aduciendo la necesidad de recuperar la gobernabilidad en Cuesta de Moras.
La elección de Granados y compañía para el nuevo directorio, fue motivo de fuertes acusaciones, recriminaciones y todo tipo de rumores en los meses previos.
A una semana del 1° de mayo, el PASE anunció su salida de la Alianza por Costa Rica, aduciendo que el bloque opositor no tenía rumbo.
En el mismo acto, informó sobre su unión con Liberación, lo que generó una serie de críticas por parte de la oposición.
No obstante, la derrota de la Alianza se empezó a gestar meses antes, cuando Ottón Solís, líder y fundador del Partido Acción Ciudadana, negoció un plan fiscal con el Gobierno.
El impulso a un paquete de impuestos en setiembre pasado, sin tomar en cuenta la opinión del resto de bancadas de oposición, generó la primera gran crisis de la Alianza por Costa Rica.
En aquella ocasión, el bloque de legisladores de oposición quedó herido de muerte y con grandes resentimientos internos, a pesar de que al final el mismo plan fiscal fracasó.
Conforme se acercaba el 1° de mayo, el mismo Solís empezó a criticar a Danilo Cubero, aspirante libertario a ocupar la silla del Congreso por parte del bloque opositor.
Esto hizo que se generara incertidumbre a lo interno de la Alianza sobre su continuidad, pues los dimes y diretes entre Solís y los libertarios no cesaron.
En medio de todo esto, los diputados de Liberación Nacional trabajaron sigilosamente, detectaron la disconformidad del PASE con la Alianza y le ofrecieron los puestos más importantes en el directorio.
Mientras los integrantes de la Alianza se peleaban entre sí, los verdiblancos eran pescadores en un río revuelto.
Pese a los fuertes ataques por parte de los legisladores de oposición, al final la nueva alianza parlamentaria que incluye al PLN, al PASE y a los dos legisladores evangélicos logró mantenerse contra viento y marea.
Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net