Reformas sociales
Las políticas liberales pretenden que el Estado no intervenga a favor de los menos poseídos, pero la mayoría de los costarricenses seguiremos pendientes de mantener y consolidar nuestra Refor
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 25 febrero, 2010
Alfredo Blanco Odio
Estadístico, abogado
A inicios del siglo XX las condiciones eran muy precarias para la clase trabajadora; los oligarcas cafetaleros que se habían enriquecido con el café, banano y otros productos, manejaban la política económica al ser dueños de las tierras, el capital y las fuentes de trabajo. Unos pocos comerciantes y empleados públicos no hacían diferencia.
El modelo económico liberal imperante fue el laisser faire, “dejar hacer”, según el cual los precios de los productos y el trabajo debían ser establecidos por el mercado; y que nadie, ni siquiera el Estado, debía participar en actividades privadas y mucho menos en los salarios.
Las condiciones se deterioraron con la Primera Guerra Mundial y la depresión de los años 30 en Estados Unidos; y en nuestro país reinaba la pobreza y miseria. Los capitalistas explotaban a los trabajadores con jornadas extenuantes sin facilidades para sus trabajos y familias, ni jornadas laborales y mucho menos salario mínimo.
Líderes políticos alzaron la voz en su defensa, entre ellos Félix Arcadio Montero; el obispo Bernardo Thiel emitió una carta pastoral; surgió luego la figura de Jorge Volio, que con el programa político de su Partido Reformista, sustentado en las encíclicas papales de filosofía cristiano social, hizo la primera y formal propuesta para establecer condiciones mínimas para los trabajadores reguladas por el Estado,
Carlos Marx, Federico Engels y otros filósofos habían propuesto modelos políticos, los que fueron considerados por un grupo de costarricenses que en 1931 crearon el Partido Comunista y elaboran su programa político.
Dado que las pésimas condiciones se mantenían para los trabajadores, durante la administración de Calderón Guardia 1940 – 1944, con la entusiasta ayuda del jerarca católico, monseñor Víctor M. Sanabria y el decidido apoyo del líder del Partido Comunista, Manuel Mora Valverde, se promulgó la Reforma Social: conjunto de leyes que cambiaron el modelo del Estado pasando de liberal a social de derecho. Se aprobaron otras normas como la creación de un Seguro Social; el Código de Trabajo; la Universidad de Costa Rica que vino a dotar de profesionales al Estado, proyecto de casas baratas; se dio origen a la gran clase media y se dio un gran paso para la consolidación de un Estado Social de Bienestar.
Estas conquistas se han visto amenazadas por las políticas liberales que nunca han renunciado a su lucha por regresar al modelo liberal, hoy llamado neoliberal, que siguen insistiendo en derogar el salario mínimo y otras conquistas, y pretenden que el Estado no intervenga a favor de los menos poseídos, aduciendo que la riqueza de unos pocos les llenará su copa y el “derrame” les caerá a todos los demás.
Los liberales han logrado presencia en el Congreso y seguirán promoviendo el llamado “capitalismo salvaje”, donde se explota a los trabajadoras y se reparte la riqueza entre unos pocos, pero la mayoría de los costarricenses seguiremos pendientes de mantener y consolidar nuestra Reforma Social de los años 40 y los logros que se obtuvieron en administraciones posteriores.