¿Reelegir el Fiscal General?
| Lunes 28 julio, 2014
En aras de una renovación en el aparato estatal, y del rumbo que mayoritariamente espera la sociedad, no se debe de reelegir al Fiscal General
¿Reelegir el Fiscal General?
El Fiscal General fungió como Viceministro de Seguridad en la Administración Chinchilla por un breve periodo.
Recién electo, su nombre se mencionó al salir a la luz pública una serie de llamadas telefónicas de funcionarios y exfuncionarios públicos, en relación con un proceso, hoy todavía pendiente de resolverse definitivamente, en el que se tiene como imputado al exministro Arias Sánchez por el manejo de una donación del BCIE al Gobierno de la República.
Posteriormente fuimos testigos de la contundencia de las actuaciones del Ministerio Público en la investigación del financiamiento de la campaña 2009-2010 del Movimiento Libertario, lo cual aconteció semanas después del rompimiento del pacto PLN/ML por el control del Directorio del Congreso. Actuaciones muy disímiles del proceder de dicho ente frente a investigaciones pendientes relacionadas también a la campaña 2009-2010 del PLN y de su aliado Renovación Costarricense.
En sentencia firme del denominado “Caso Crucitas”, se ordenó una investigación sobre las actuaciones del expresidente Arias Sánchez, el exministro Dobles y otros personeros, por la declaratoria de interés nacional e irregularidades en el proceso de concesión anulado. Proceso que ha ido avanzando lentamente.
Hoy día hay además varias causas abiertas a funcionarios de la Administración Chinchilla Miranda, a excompañeros de trabajo del jerarca del Ministerio Público, entre ellos el de “La Trocha”.
El Fiscal General no ha podido desligarse de comentarios y críticas por aparente pasividad y la lentitud de las investigaciones en estos casos, incluso de parcialidad política.
Un sistema democrático como el nuestro se fundamenta en la independencia formal y material de los poderes, pilar para la credibilidad y funcionamiento del sistema.
Tras anunciar su retiro, cambia de opinión el Fiscal General y declara su interés en ser reelecto. De serlo se mantendría como tal por cuatro años más a cargo de los casos mencionados anteriormente.
Dicha situación no es conveniente para la credibilidad en el sistema, es importante una renovación en la Fiscalía General, que se nombre a alguna persona que no esté ligada o relacionada con la clase política, que no se le pueda insinuar de parcialidad.
En las elecciones anteriores, tanto en febrero como en abril, demostraron contundentemente los ciudadanos que anhelan un cambio y ese cambio se debe de extender a las demás instituciones del Estado, entre ellas la Fiscalía General de la República.
En aras de la renovación que se debe dar en el aparato estatal, y de lo que realmente es el rumbo que mayoritariamente espera la sociedad, no se debe de reelegir al Fiscal General.
Luis Alejandro Álvarez Mora