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¿Qué hacemos mientras se da la transición? (II)

Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Sábado 10 septiembre, 2016


El país se encuentra sin recursos y en una situación de franco deterioro, importando cada vez más derivados de petróleo caros y transfiriendo al exterior grandes cantidades de recursos fiscales y no fiscales

¿Qué hacemos mientras se da la transición? (II)

 

La evidencia demuestra que el consumo de petróleo va a continuar aumentando hasta que las nuevas fuentes de energía sustitutas sean competitivas. En ese momento el petróleo empezará a ceder su posición.

Los estudios indican que el gas natural destronará al petróleo de su primer lugar como la principal fuente de energía del mundo. Posteriormente, varias décadas después, otra fuente competitiva destronará al gas de ese lugar. Este es el proceso típico de las transiciones energéticas.

En Noruega, como en muchos otros países, en lugar de importar sus necesidades petroleras y las requeridas durante la transición futura, los gobernantes de ese país decidieron fortalecer su desarrollo (incluyendo el desarrollo humano) y su transición energética con los recursos fiscales y no fiscales provenientes de su producción de gas natural y petróleo.

Todos los estudios sobre este país demuestran que “en gran medida este país les debe su prosperidad a sus yacimientos de petróleo y gas natural”, lo que lo ha convertido en “uno de los países más ricos del mundo” y “con el mayor estándar de vida”.

Gracias a esta política, Noruega se ha convertido en un país mundialmente reconocido por su desarrollo económico, social y ambiental responsable y por ser un referente mundial del desarrollo sostenible y del desarrollo humano.

Además de ocupar el primer lugar en el Índice Mundial de Desarrollo Humano y en el Índice Mundial de Competitividad Energética, también ostenta una de las posiciones más altas en el Índice Mundial de Desempeño Ambiental. El Foro Económico Mundial lo ubicó dentro del grupo de países con la mayor calidad de vida del mundo y tiene una de las mejores infraestructuras del mundo (carreteras, ferrocarriles, metros, puertos, hospitales, clínicas, escuelas, colegios y universidades, vivienda, entre otras).

Es igualmente el país que más avanza en la transición energética. Por ejemplo, tiene la penetración de mercado de vehículos eléctricos más alta del mundo y la mayor flota de estos vehículos per cápita y genera su electricidad con energías renovables de bajo costo.

El futuro de las actuales y las futuras generaciones se ve asegurado con los excedentes de los recursos provenientes de su producción de gas natural y petróleo que se depositan en un Fondo de Riqueza Soberana que ya suma $850 mil millones, cuya administración está bajo la responsabilidad del Ministerio de Hacienda.

A diferencia de Noruega, el consumo de Costa Rica de petróleo explorado, producido y refinado en el exterior se ha acelerado y la política actual no busca producir petróleo y gas natural para sustituir estas crecientes importaciones petroleras y la enorme transferencia de recursos fiscales y no fiscales que hacemos a los países petroleros.

¿Qué hacer para iniciar y llevar a cabo la transición de los combustibles en Costa Rica? Además de implementar alternativas energéticas sustitutas del petróleo (incluyendo el gas natural) que sean competitivas, hay dos temas ineludibles que muchas personas evitan abordar cuando se refieren a la transición: la gran carencia de recursos que tenemos y el creciente abastecimiento petrolero que el país necesitará durante las varias décadas de transición.

A menudo se escuchan eslóganes e ideas en abstracto sin estudios técnicos que por supuesto no conducen a la implementación de soluciones energéticas que resuelvan la gran carencia de recursos que tenemos, las crecientes importaciones petroleras (que representan las 2/3 partes de consumo energético nacionales) y la enorme transferencia de recursos fiscales y no fiscales que está asociada a estas importaciones.

Cada día aumentan el déficit fiscal, la deuda pública y el número de personas en estado de pobreza. Las soluciones de vivienda no satisfacen las necesidades y la economía no crece lo suficiente para generar los niveles de empleo que se necesitan. La infraestructura de transportes está colapsada (carreteras, ferrocarriles, etc.). Por otro lado, la energía es cara y obstaculiza el desarrollo y en muchos casos es una causa importante de la fuga de empresas a otros países, lo cual genera desempleo y pobreza, entre otras cosas.

El país se encuentra sin recursos y en una situación de franco deterioro, importando cada vez más derivados de petróleo caros y transfiriendo al exterior grandes cantidades de recursos fiscales y no fiscales. La carencia de recursos ha llegado a tal nivel que el mismo Presidente dijo recientemente que además nos vamos a quedar también “sin policías, viviendas, ni calles”.

Mientras tanto, gracias a sus recursos petroleros y gasíferos, Noruega se convirtió en uno de los países más ricos, prósperos y ambientalmente sostenibles del mundo, es el que más avanza en la transición energética y asegura su futuro con el gran Fondo de Riqueza Soberana, el cual crece continuamente. 

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