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Martes, 16 de abril de 2024



EDITORIAL


Qué deberían hacer usted y el Gobierno

| Lunes 28 julio, 2014




Para algunas personas, especialmente asalariadas y pensionadas, una posible inflación podría afectar negativamente. Para inversores y empresarios en cambio, podría significar oportunidades. Sin embargo, la peor amenaza sigue siendo el gasto público


Qué deberían hacer usted y el Gobierno

Ante el comportamiento de la macroeconomía y la expectativa porque el gobierno presentará esta semana su plan en ese sentido, cada persona o empresa deberá tomar las decisiones que le convengan ya sea para aprovechar oportunidades o para evitar los posibles efectos negativos de una inflación.
Para esto, lo primero es contar con datos y razonamientos que puedan ayudar a reflexionar y actuar correctamente de acuerdo a cual sea la situación, ya que si bien para algunas personas, especialmente asalariadas y pensionadas, una posible inflación podría afectar negativamente, para inversores y empresarios podría significar oportunidades.
Una nota de este medio hoy plantea las diferentes circunstancias y las posibles estrategias para enfrentar de la mejor forma la posibilidad de que se presente una inflación.
Sin embargo, no se esperaría que la misma sea fuerte.
De todos modos, el principal riesgo a largo plazo para la economía del país siguen siendo los excesivos gastos del Gobierno.
Es esperable que conforme este haya ido comprobando el estado de situación en que recibió el país, pueda definir estrategias que contribuyan a equilibrar ingresos y gastos.
En este sentido, ya se han tomado ciertas medidas como congelamiento de nuevas plazas, salvo muy justificadas necesidades y reducción de algunos gastos superfluos.
Sin embargo se necesitaría hacer mucho más para que la disminución del gasto público tuviera un impacto verdaderamente significativo.
Una serie de convenciones colectivas y acuerdos firmados por gobiernos anteriores desde hace décadas, han concedido privilegios salariales a los funcionarios del sector público e incrementos automáticos en los salarios solo por antigüedad sin importar el rendimiento. Todo esto hoy es insostenible.
Debido a eso, el Gobierno anterior tuvo que adquirir deuda externa para cubrir gasto ordinario ya que la mayor parte de lo que se recauda se va en pago de planillas.
El corregir esta situación sí tendría un impacto positivo en el gasto y a la vez equilibraría un poco los ingresos entre el sector público y el privado.
Medidas que debieron tomarse hace mucho tiempo pero que fueron obviadas por los gobiernos que, lejos de enfrentar el costo político que las medidas significarían, más bien incrementaron el clientelismo inflando la planilla pública sin que mejoraran los servicios.
Habrá que esperar a ver si el actual gobierno encuentra estrategias viables para devolver a la buena senda el gasto público. Es decir, no gastar más de lo que ingresa, para lo cual también se deberá comenzar a cobrar bien.







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