Paraguay presiona a Brasil por energía
| Martes 21 julio, 2009
Paraguay presiona a Brasil por energía
Sao Paulo -- La represa sudamericana de Itaipú, construida hace 30 años en lo que Brasil y Paraguay presagiaron sería un triunfo de la cooperación transfronteriza, es ahora objeto de una creciente querella entre ambos países sobre cuál de ellos se está beneficiando más.
Brasil obtiene 20% de su electricidad del dique montado sobre el río Paraná, y le paga a su vecino cerca de $120 millones al año. El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, se ha comprometido a recuperar la “soberanía” de la represa hidroeléctrica más productiva del mundo, y quiere que Brasil pague más. La empresa paraestatal Centrais Elétricas Brasileiras SA y los consumidores brasileños podrían entrar en un callejón sin salida con tal factura.
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, tratará de superar el estancamiento de las negociaciones cuando ambos líderes se encuentren el 25 de julio en Asunción. Lula quiere que Lugo, un ex arzobispo católico, renuncie a su demanda de reabrir el tratado de la represa, dijo en mayo el ministro de Energía brasileño Edison Lobão. Las fuerzas nacionalistas podrían estar listas para manifestarse, como lo hicieron durante la última visita de Lula en 2007, cuando el mayor diario de Paraguay llamó al Brasil “nación imperialista y explotadora” en la primera plana.
“No queremos ser un protectorado brasileño”, dijo Jorge Lara Castro, viceministro de Relaciones Exteriores y futuro embajador ante Brasil, en una entrevista en Asunción. “Esto no es demagogia. Está en juego la viabilidad de un país pobre”.
El tratado de Itaipú, firmado en 1973 y escrito por los dictadores entonces en el poder en ambos países, refleja la “política nacional expansionista de un elefante al que una hormiga observa desde el suelo”, dijo Lara Castro. Cada país tiene derecho a la mitad de la producción de la represa, que el año pasado alcanzó un récord mundial hidroeléctrico de 95 millones de megavatios hora.
Esto ha dado a Brasil, la mayor economía latinoamericana, acceso a una gran cantidad de energía barata. Paraguay, cuya economía agropecuaria de $12 mil millones es una centésima parte del tamaño de la brasileña, puede usar solo alrededor de 5% de la producción de Itaipú. Como tiene prohibido vender a otro país, debe ceder su cuota no usada a la empresa carioca Eletrobrás, la mayor eléctrica latinoamericana, por cerca de $3 el megavatio hora.
Lugo, cuya elección el año pasado puso fin a 61 años de Gobierno de un mismo partido, presiona por el derecho de vender directamente a los distribuidores brasileños, o a Chile y Argentina, ambos países que enfrentaron escasez energética recientemente. Un “precio justo” y “soberanía energética” son su mantra.
Si tiene éxito, Paraguay estima que puede aumentar su ingreso anual de la represa a cerca de $1 mil millones, frente a los $370 millones obtenidos el año pasado de regalías y tarifas, sobre la base de las tasas promedio de subasta de nuevos proyectos hidroeléctricos en Brasil. La misma energía es vendida a consumidores brasileños a la tarifa eléctrica promedio de $128 por megavatio hora.
“No queremos un regalo ni concesión alguna fuera de que se permita actuar a las fuerzas del mercado”, dijo en una entrevista Carlos Mateo Balmelli, director paraguayo de Itaipú.
Eletrobrás pagó los $17.500 millones de la construcción de la represa. Itaipú, que es controlada conjuntamente por Eletrobrás y la Administración Nacional de Paraguay, todavía debe a la compañía y el Gobierno brasileño $19 mil millones.
Sao Paulo -- La represa sudamericana de Itaipú, construida hace 30 años en lo que Brasil y Paraguay presagiaron sería un triunfo de la cooperación transfronteriza, es ahora objeto de una creciente querella entre ambos países sobre cuál de ellos se está beneficiando más.
Brasil obtiene 20% de su electricidad del dique montado sobre el río Paraná, y le paga a su vecino cerca de $120 millones al año. El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, se ha comprometido a recuperar la “soberanía” de la represa hidroeléctrica más productiva del mundo, y quiere que Brasil pague más. La empresa paraestatal Centrais Elétricas Brasileiras SA y los consumidores brasileños podrían entrar en un callejón sin salida con tal factura.
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, tratará de superar el estancamiento de las negociaciones cuando ambos líderes se encuentren el 25 de julio en Asunción. Lula quiere que Lugo, un ex arzobispo católico, renuncie a su demanda de reabrir el tratado de la represa, dijo en mayo el ministro de Energía brasileño Edison Lobão. Las fuerzas nacionalistas podrían estar listas para manifestarse, como lo hicieron durante la última visita de Lula en 2007, cuando el mayor diario de Paraguay llamó al Brasil “nación imperialista y explotadora” en la primera plana.
“No queremos ser un protectorado brasileño”, dijo Jorge Lara Castro, viceministro de Relaciones Exteriores y futuro embajador ante Brasil, en una entrevista en Asunción. “Esto no es demagogia. Está en juego la viabilidad de un país pobre”.
El tratado de Itaipú, firmado en 1973 y escrito por los dictadores entonces en el poder en ambos países, refleja la “política nacional expansionista de un elefante al que una hormiga observa desde el suelo”, dijo Lara Castro. Cada país tiene derecho a la mitad de la producción de la represa, que el año pasado alcanzó un récord mundial hidroeléctrico de 95 millones de megavatios hora.
Esto ha dado a Brasil, la mayor economía latinoamericana, acceso a una gran cantidad de energía barata. Paraguay, cuya economía agropecuaria de $12 mil millones es una centésima parte del tamaño de la brasileña, puede usar solo alrededor de 5% de la producción de Itaipú. Como tiene prohibido vender a otro país, debe ceder su cuota no usada a la empresa carioca Eletrobrás, la mayor eléctrica latinoamericana, por cerca de $3 el megavatio hora.
Lugo, cuya elección el año pasado puso fin a 61 años de Gobierno de un mismo partido, presiona por el derecho de vender directamente a los distribuidores brasileños, o a Chile y Argentina, ambos países que enfrentaron escasez energética recientemente. Un “precio justo” y “soberanía energética” son su mantra.
Si tiene éxito, Paraguay estima que puede aumentar su ingreso anual de la represa a cerca de $1 mil millones, frente a los $370 millones obtenidos el año pasado de regalías y tarifas, sobre la base de las tasas promedio de subasta de nuevos proyectos hidroeléctricos en Brasil. La misma energía es vendida a consumidores brasileños a la tarifa eléctrica promedio de $128 por megavatio hora.
“No queremos un regalo ni concesión alguna fuera de que se permita actuar a las fuerzas del mercado”, dijo en una entrevista Carlos Mateo Balmelli, director paraguayo de Itaipú.
Eletrobrás pagó los $17.500 millones de la construcción de la represa. Itaipú, que es controlada conjuntamente por Eletrobrás y la Administración Nacional de Paraguay, todavía debe a la compañía y el Gobierno brasileño $19 mil millones.