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NOTA DE TANO


Nota Tano

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 28 septiembre, 2016

Gaetano Pandolfo

 

¿Por qué forman barrera humana en los tiros libres?

Este tema lo hemos analizado en otras ocasiones en esta misma columna. Puede que resulte intrascendente pero me agrada comentarlo.

Cuando Walter “Paté” Centeno le metía a cada rato goles de tiro libre al Alajuelense en los clásicos, varios de ellos a Ricardo González, hablamos de esto.

¿Qué pasaría si a la hora del tiro libre el equipo que defiende no forma barrera?

Frente a frente el ejecutante y el portero rival: 30, 40, 55 metros de distancia. Panorama visual completo para el portero y vía libre para el ejecutante.

¡Tremenda presión para el que cobre el remate!

No va lanzar un penal, con un distancia mucho más corta entre él y el portero. Ahora tendrá que vencer la acción del guardameta desde un punto más distante y a este portero, nadie le va a estorbar la visibilidad.

Me corto la “jupa” si los francotiradores podrán anotar con la misma facilidad. Se los va a tragar la presión y anotar sin barrera humana al frente les resultará mucho más complicado. Ese es mi criterio.

El domingo pasado lo vimos en el juego Cartaginés y San Carlos, cuando el portero Román Arrieta es vencido con remate de tiro libre de Paolo Jiménez. El portero ni vio la pelota, tapado por sus propios compañeros.

Estoy seguro que Paolo no vencería a Román desde esa distancia en que cobró el tiro libre, si San Carlos no forma barrera.

Igual, para citar casos recientes, el gol de tiro libre que Randall Azofeifa le metió al portero de Pérez Zeledón, Alex Rodríguez, señalado como autogol. ¿Quién sabe si don Randall podría meter tantos goles de tiro libre si el rival no forma barrera?

En el 90% de los remates de tiro libre, el balón sobrepasa la valla humana; son pocos los ejecutantes que pegan su remate en el cuerpo de los defensores. O elevan los remates, o los captura el portero o anotan.

Mi punto de vista es que al formar una barrera humana delante del portero, esto favorece al que ejecuta el tiro libre, porque al arquero se le obstruye la trayectoria del balón. Digamos técnicamente que él se encarga de cuidar un palo y le deja el otro a la barrera. Sin barrera humana y con esa distancia usual de los tiros libres un poco lejos del área grande, la presión va a caer en el ejecutante y no en el portero.

Ahora, si el cobro del tiro libre es a un metro del área grande, son otros cien pesos.

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