Muertes por falta de prevención
| Martes 23 octubre, 2012
Las ticas mueren a causa del cáncer de mama, en muchos casos, porque no pudieron detectarlo con la suficiente anticipación
Muertes por falta de prevención
Un triste primer lugar ocupa Costa Rica en tasa de incidencia y de mortalidad por cáncer de mama en Centroamérica y México.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el país y el de mama el más diagnosticado entre las mujeres.
Sin embargo, las ticas mueren a causa de esta enfermedad, en muchos casos, porque no pudieron detectarla con la suficiente anticipación. Algo que es primordial para un tratamiento con buenos resultados.
Hay unas 50 mil mujeres esperando para realizarse una mamografía en las clínicas y hospitales de la Caja y otras 10 mil se encuentran a la espera de los resultados.
Todo esto porque ese sistema de salud, que por ley está obligado a atenderlas, no lo hace, como resultado de la morosidad y de la mala administración que minaron su sistema financiero y en general el funcionamiento de la institución.
La misma Defensoría de los Habitantes ha dicho que no se visualizan acciones correctivas para este grave problema a corto plazo, a pesar de que atenta contra el derecho a la salud y a la vida de las mujeres.
Sin embargo, no solo las mujeres están muriendo en este país por falta de oportuna y buena atención médica. Les sucede a muchos que aquejados por algún problema de salud son referidos a los hospitales para ser atendidos por un especialista y se les da una cita a un año o más de plazo.
Esta realidad golpea con fuerza a los costarricenses a pesar de que el gobierno anterior se permitió aumentar en cerca de 11 mil los puestos de trabajo de la Caja.
¿Adónde fue a parar esa enorme cantidad de nuevas plazas que debieron ser usadas, si es que se aprobaban, para más personal médico, paramédico y en general para acabar con las listas de espera?
Estos errores políticos, los de no pedir rendición de cuentas a quienes están trabajando con fondos públicos, los de permitir el despilfarro y la mala gestión mientras se escamotean los servicios, el no cobrar debidamente las cuentas que a la institución se le deben y el permitir que se continúe año a año la altísima morosidad, los pagan los costarricenses en muchos casos con su vida y, cuando no, con mucho sufrimiento.
En la Caja se habla de planes y proyectos para producir cambios, pero aún no se ha producido el ansiado bajonazo en las largas filas de quienes padecen enfermedad sin que nadie les dé la atención a que tienen derecho.