Merkel, en el foco de las críticas por el drama griego

La gestión de la crisis en Europa sirvió durante años a Angela Merkel para disparar su popularidad en Alemania y reforzar su poder en el continente. Pero la dramática escalada en Grecia amenaza ahora con cambiar la suerte de la canciller.
Su papel en la crisis, cuestionado desde hace tiempo sobre todo por los países del sur de Europa, comenzó a ser criticado con dureza también dentro de Alemania ante el riesgo real de una bancarrota griega con consecuencias imprevisibles para toda Europa.
¿Qué responsabilidad tiene Merkel en la crisis? ¿debió ser más flexible? ¿o más contundente?. Las preguntas recorren portadas de la prensa y reproches de la oposición, pero también debates internos del gobierno y de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller.
"La estrategia de Merkel fracasó", comentó tajante el influyente semanario "Der Spiegel", acusando a la política de la canciller de llevar a "la frustracion y el cinismo" en Europa.
"Sería demasiado simple culpar sólo a Angela Merkel por el estancamiento. Pero es imposible dejar de ver que las políticas anticrisis implementadas por sus gobiernos desde 2010 no funcionaron", matizó la revista.
Varios diputados de la CDU perdieron también la paciencia y aumentaron la presión interna sobre Merkel.
"Llegó el momento de sincerarse", reclamó Wolfgang Bosbach, apuntando a la necesidad de prever un "Grexit" que algunos ven ya inevitable.
Entre tanto, los socialdemócratas del SPD, socios de gobierno de Merkel, alternan entre el apoyo y las críticas a la postura de Berlín en la crisis, generando un clima tenso en la coalición, definió "Die Zeit": "Hay enfados, dudas y caos comunicativo".
Los analistas discuten en qué medida podría atribuirse a Merkel una quiebra griega o su salida de la eurozona. Los críticos la culpan por su pragmatismo, su obsesión por la austeridad o la falta de más pasión europeísta y visión de futuro en el inicio de la crisis.
Quienes defienden a la canciller, por el contrario, siguen viendo al gobierno griego de Alexis Tsipras como principal culpable del agravamiento de la crisis y recuerdan los esfuerzos negociadores de Merkel y su negativa a especular con una eurozona sin Grecia.
Más allá del debate, lo que parece claro es que un desastre griego enturbiaría el legado de la mujer más poderosa del mundo, la figura que dominó la política europea los últimos años junto a su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
Si se concretara el temido "Grexit", la salida de Grecia de la eurozona, "Merkel entraría en los libros de historia como la canciller con la que comenzó el principio del fin de la eurozona", lanzó Katja Kipping, jefa del partido opositor La Izquierda.
Ver su herencia histórica en juego conmovió poco a Merkel, que hoy reapareció tras un fin de semana en silencio para repetir los lemas que vienen guiando su gestión: "Si fracasa el euro, fracasa Europa", "solidaridad y responsabilidad son dos caras de la misma moneda" o "si se acaba la capacidad de llegar a acuerdos, Europa está perdida".
"Debemos luchar por esos principios. Tal vez podemos ceder a corto plazo, decir sencillamente que cedemos. Pero les digo: a medio y largo plazo nos perjudicaría", insistió Merkel.
Los próximos días podrían definir no sólo el lugar de Grecia en Europa, sino también el de la canciller en la historia.

dpa