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Los pecados del Machillo

| Miércoles 10 diciembre, 2014




Los pecados del Machillo

Erró el planteamiento en la ida, arriesgó muy tarde y perdió las dos últimas muertes súbitas ante los morados

El timonel rojinegro Óscar Ramírez estuvo en los momentos de gloria de la Liga aunque ahora una parte de la afición pide su cabeza. IMAGENESENCOSTARICA.COM/LA REPÚBLICA

La celebración de los 50 años es una ocasión especial, laureada por todos, pero el técnico manudo, Óscar Ramírez vivió su medio centenar de años con mucho dolor según sus declaraciones, luego de caer eliminado ante su archirrival, el Saprissa, en la semifinal del campeonato nacional.
Pese a que es el entrenador más ganador de la historia rojinegra, con cinco trofeos, el “Machillo” perdió su buena racha en etapas de muerte súbita ante los tibaseños en los últimos dos torneos cortos.
Dos partidos se trajeron abajo el excelente campeonato que realizaron los manudos. Pero en especial el juego de ida en “la Cueva”, donde no solo perdió el choque con una agónica anotación morada, sino el cartel de favorito.
El primer gran error del estratega fue el planteamiento que utilizó en el Ricardo Saprissa, jugó al filo de la navaja y regaló el ataque a los tibaseños y aunque casi le sale redondo el negocio, la “saprihora” lo desnudó.
Ramírez alegó que su equipo no se fue a defender sino a jugar en bloque, aunque ni siquiera logró realizar un remate a marco.
Ese factor pesó en la eliminación rojinegra. Al final, el resultado le jugó en contra y se vio obligado a atacar en el Morera.
Incluso cuando eran exigidos, el manudo optó por un fútbol directo. Mucho pelotazo en el primer tiempo desde la zaga hasta la última línea defensiva morada, pero desaprovecharon la segunda bola. Además, se volvieron predecibles.
Gabas, Venegas y Ortiz pescaron alguna que otra sin suerte, al igual que el resto del equipo, que sufrió por la falta de contundencia y la mágica noche del guardameta Danny Carvajal.
Luego del gol de Deyver Vega para el 2-0 global, fue cuando se vio a una Liga realmente ofensiva, intentando atacar por los costados con un altísimo nivel de peligrosidad, pero la zona de ataque no pudo definir bien.
Otro punto que le jugó en contra al estratega fue su goleador, aquel que le resolvió en muchas ocasiones durante el certamen, Armando Alonso.
En los últimos cuatro partidos, a “el Caya” se le mojó la pólvora y perdió su olfato goleador, no se mostró ni en la ida ni en la vuelta, fue un fantasma divagando sin rumbo.
Desde aquella anotación que le hizo a Cartaginés en el Fello Meza, Alonso se vino abajo, cada vez más escondido y lejos de su acostumbrada peligrosidad.
También le quitaron a su compañero de asistencias y con quien creó una dupla mortal. “El Macho” no puso a Álvaro Sánchez junto al matador en el Saprissa y en el Morera se les imposibilitó el fútbol de toque. Alajuelense se saltó la cintura de la cancha.
Jonathan McDonald entró tarde. La ausencia del delantero significó una baja de peso para el equipo liguista, especialmente por la diferencia que marca cuando el rival es Saprissa. “La responsabilidad es mía”, finalizó Ramírez.

Walter Herrera
wherrera@larepublica.net







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