La riqueza que no protegemos
Resulta inaceptable que no se dé importancia a proteger la riqueza marina que nos corresponde
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 08 diciembre, 2011
La noticia de que una alianza público-privada podrá asegurar operaciones de patrullaje para control y vigilancia en la zona protegida del Parque Nacional Isla del Coco y en el Area Marina de Manejo Montes Submarinos, circundante a la Isla, además de ser positiva, pone sobre el tapete uno de los temas de suma importancia nacional como es el de la protección de los recursos marinos.
En este caso se trata de la firma de un contrato para la creación de un fideicomiso que dará apoyo financiero sostenible al gobierno para las mencionadas tareas de patrullaje.
Los fondos que de ese modo se logren captar serán para el mantenimiento y futuro reemplazo de una embarcación patrullera que la Fundación MarViva donará al Servicio Nacional de Guardacostas.
Desde 2002 el Estado cuenta con el apoyo de MarViva para este tipo de actividades para las cuales el país tiene dificultades de diverso orden.
Estudios que hace ya años realizaron universidades e instituciones públicas nacionales, permitieron definir que la mayor parte de nuestros recursos marinos se encuentra desprotegida, lo cual facilita la pesca ilegal y la sobreexplotación del recurso.
Costa Rica debe tomar en serio la tarea de promover un desarrollo sostenible de los recursos marinos y costeros. Diversas instituciones relacionadas con esta responsabilidad deberían haber unido esfuerzos para cumplir con sus obligaciones.
Es necesario revisar nuestra legislación al respecto y regular la navegación en esas zonas y sus actividades en aguas costarricenses.
Se sabe que en los mares nacionales existen muchos tipos de ricos ecosistemas donde habitan miles de especies, constituyendo un porcentaje importante de la biodiversidad marina mundial.
Cuando la mayoría de países toman importantes medidas para proteger y manejar de forma sostenible sus riquezas marinas, Costa Rica tiene un rezago en acciones destinadas a este fin que no puede darse el lujo de mantener en esa condición.
Si se han hecho esfuerzos y se siguen haciendo para proteger nuestros recursos naturales en tierra, resulta inaceptable que no se dé la misma importancia a toda la riqueza de la porción marina que nos corresponde.