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La renuncia de Fidel

Juan Manuel Villasuso jmvilla@racsa.co.cr | Viernes 22 febrero, 2008


Dialéctica
La renuncia de Fidel

Juan Manuel Villasuso

Faltaban pocos meses para que Fidel Castro cumpliera medio siglo como presidente de Cuba, pero el pasado lunes anunció su renuncia. En carta publicada en Granma señaló que “no aspiraré ni aceptaré el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe”.
Cuando el 1º de enero de 1959 un joven de 33 de años, con barba negra y verbo vibrante bajó de la Sierra Maestra, rodeado de un ejército rebelde que derrocó al dictador Fulgencio Batista, era difícil pensar que pudiera mantener el poder durante tanto tiempo. Establecer y consolidar un régimen comunista a 90 millas de Estados Unidos no era un proyecto teóricamente viable.
Durante estos 50 años el mundo ha experimentado cambios geopolíticos dramáticos: la desaparición de la Unión Soviética y del Pacto de Varsovia, la adopción de China comunista de la economía de mercado, la democratización de América Latina y no pocas guerras fratricidas que han gestado y desintegrado estados.
Durante todo este tiempo el gobierno de Fidel ha sobrevivido. Ha resistido a diez residentes de la Casa Blanca que han mantenido el bloqueo económico y superó el “periodo especial” de los años 90 cuando el racionamiento fue extremo. Cuba es como una vitrina en la que el tiempo parece no transcurrir.
Las condiciones económicas son precarias, pero los logros sociales en educación y salud son motivo de orgullo para los cubanos. Por eso muchos abandonan la isla en pos de una vida mas cómoda, mientras que otros entonan consignas cargadas de valores y principios socialistas. Unos se ilusionan con la caída del régimen, otros juran defender hasta la muerte las conquistas revolucionarias. El tema de la libertad y la democracia es el mas polémico cuando se habla de Cuba.
La renuncia definitiva de Fidel no es algo imprevisto. Su quebrantada salud presagiaba la imposibilidad de reasumir las responsabilidades de la jefatura del gobierno. A pesar de ello su retiro en vida no es un desenlace político esperado. Un Fidel pensionado, pero escribiendo y reflexionando, lo convierte en personaje inédito e imponderable.
El próximo 24 de febrero, conmemoración del Grito de Baire e inicio de la Guerra de Independencia en 1895, la Asamblea Nacional del Poder Popular, recién renovada el pasado octubre, elegirá como Presidente del gobierno cubano a Raúl Castro, segundo de a bordo durante estas cinco décadas y encargado interino del cargo desde mediados de 2006.
Se dice que Raúl es pragmático, por lo que podría promover reformas para mejorar las condiciones de vida de la población; y ha dicho que existen demasiadas prohibiciones que deben eliminarse. ¿Tendrá suficiente autonomía para impulsar esos cambios? ¿Encontrará el apoyo necesario en una dirigencia que podría interpretar el presente como tiempo de transición?
En cuanto a Estados Unidos, Raúl Castro ha planteado la posibilidad de reabrir conversaciones bilaterales y en el Congreso norteamericano tanto legisladores demócratas como republicanos piden cambios legales para que los ciudadanos estadounidenses viajen a Cuba y las empresas norteamericanas puedan invertir.
Por el momento, sin embargo, no pareciera que la Administración Bush esté dispuesta a conversar ya que “la meta de la política estadounidense hacia Cuba es lograr transición y no sucesión”, según manifestó Tom Shannon, jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina. Sin embargo, la “era Bush” está llegando a su fin y podrían soplar vientos demócratas menos rígidos. Veremos.

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