La Navidad y la familia
| Sábado 24 diciembre, 2011
La Navidad y la familia
La Navidad es la época del año en que el consumismo se apodera de nuestros bolsillos, no importa cuánto se gaste, porque es Navidad. Los supermercados y las tiendas se abarrotan de personas que alivian su ansiedad con las compras, aunque tengan que renunciar a otras prioridades.
No obstante, para estas fechas, los problemas económicos y la crisis mundial pueden generar una frustración y derivar en una patología si el afectado no asume esa realidad y cae en desesperación, agudizando las emociones negativas.
Sin embargo, en estos días de Navidad que trae a nuestra meditación el nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre, en esta fiesta de la Sagrada Familia que ve amenazada la vida de su hijo, toda la familia está llamada a ser el santuario de la vida y la esperanza de la sociedad.
Es precisamente en los entrañables días navideños y paradójicamente en torno a quien nació en un pobre pesebre y predicó la humildad, la caridad y la austeridad, cuando nos percatamos de la existencia de la cercana pobreza, pues durante el resto del año, apenas la notamos.
El ser humano llega al mundo en un núcleo familiar, social y cultural. Es ahí donde cada uno es reconocido, respetado y valorado por sí mismo, por el hecho de ser persona, esposa, esposo, padre, madre, hijo o abuelo, etcétera.
Esto supone que el ser humano necesita un lugar donde vivir y por eso es importante que durante su vida lo aprenda a construir, porque todo hombre y mujer necesitan un hogar donde sentirse acogidos y comprendidos.
El hogar es para la persona su espacio de libertad, la primera escuela de humanidad. En la convivencia familiar se aprende también a vivir la fraternidad y sociabilidad, con otras familias para la construcción de un mundo mejor.
La familia como núcleo central de la sociedad ha sido amenazada y atacada, por lo que todos debemos tomar conciencia de nuestra responsabilidad y evitar a toda costa la descomposición del tejido humano, por sus implicaciones.
Está claro que la familia requiere fortalecerse ante la presencia de cada vez más dificultades socioeconómicas que se convierten en un complejo círculo que lleva a la separación o destrucción de sus integrantes.
La familia es el principal agente de la educación, el factor fundamental del ser humano. Su función educadora y socializadora está en base a que como institución, supone un conjunto de personas que aceptan, defienden y transmiten una serie de valores y normas interrelacionadas a fin de satisfacer diversos objetivos y propósitos.
Finalmente, la familia hoy día se ve desafiada debido a las infidelidades, violencia de todo tipo, falta de comunicación, de respeto, y de recursos económicos, entre otras cosas.
De ahí la importancia de ayudarla y fortalecerla creando centros o espacios de ayuda familiar con el objetivo de defender la vida humana.
Luis Fernando Allen Forbes
Director ejecutivo
Asociación Salvemos el Río Pacuare
La Navidad es la época del año en que el consumismo se apodera de nuestros bolsillos, no importa cuánto se gaste, porque es Navidad. Los supermercados y las tiendas se abarrotan de personas que alivian su ansiedad con las compras, aunque tengan que renunciar a otras prioridades.
No obstante, para estas fechas, los problemas económicos y la crisis mundial pueden generar una frustración y derivar en una patología si el afectado no asume esa realidad y cae en desesperación, agudizando las emociones negativas.
Sin embargo, en estos días de Navidad que trae a nuestra meditación el nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre, en esta fiesta de la Sagrada Familia que ve amenazada la vida de su hijo, toda la familia está llamada a ser el santuario de la vida y la esperanza de la sociedad.
Es precisamente en los entrañables días navideños y paradójicamente en torno a quien nació en un pobre pesebre y predicó la humildad, la caridad y la austeridad, cuando nos percatamos de la existencia de la cercana pobreza, pues durante el resto del año, apenas la notamos.
El ser humano llega al mundo en un núcleo familiar, social y cultural. Es ahí donde cada uno es reconocido, respetado y valorado por sí mismo, por el hecho de ser persona, esposa, esposo, padre, madre, hijo o abuelo, etcétera.
Esto supone que el ser humano necesita un lugar donde vivir y por eso es importante que durante su vida lo aprenda a construir, porque todo hombre y mujer necesitan un hogar donde sentirse acogidos y comprendidos.
El hogar es para la persona su espacio de libertad, la primera escuela de humanidad. En la convivencia familiar se aprende también a vivir la fraternidad y sociabilidad, con otras familias para la construcción de un mundo mejor.
La familia como núcleo central de la sociedad ha sido amenazada y atacada, por lo que todos debemos tomar conciencia de nuestra responsabilidad y evitar a toda costa la descomposición del tejido humano, por sus implicaciones.
Está claro que la familia requiere fortalecerse ante la presencia de cada vez más dificultades socioeconómicas que se convierten en un complejo círculo que lleva a la separación o destrucción de sus integrantes.
La familia es el principal agente de la educación, el factor fundamental del ser humano. Su función educadora y socializadora está en base a que como institución, supone un conjunto de personas que aceptan, defienden y transmiten una serie de valores y normas interrelacionadas a fin de satisfacer diversos objetivos y propósitos.
Finalmente, la familia hoy día se ve desafiada debido a las infidelidades, violencia de todo tipo, falta de comunicación, de respeto, y de recursos económicos, entre otras cosas.
De ahí la importancia de ayudarla y fortalecerla creando centros o espacios de ayuda familiar con el objetivo de defender la vida humana.
Luis Fernando Allen Forbes
Director ejecutivo
Asociación Salvemos el Río Pacuare