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¡Increíble!, se perdonó a España

Cristian Williams cwilliams@larepublica.net | Miércoles 16 noviembre, 2011




¡Increíble!, se perdonó a España
Costa Rica pudo ganar, pero los malos cambios de Jorge Luis Pinto lo impidieron

¿Será posible que un empate ante España, la mejor selección del mundo, deje un sinsabor?, ¿es posible?, pues sí. Costa Rica, que estaba destinada a perder, por lógica y fútbol, tiraba al piso las apuestas, hacía historia, pero no liquidó, no amarró, no venció a España.
Se tocaba el cielo con las manos, se le aguó el récord a Iker Casillas, se complicaba a Vicente del Bosque, se opacaba a Xavi, Iniesta, Torres, Fábregas y demás estrellas, pero no, al final un empate a 2-2 fue el resultado.
Costa Rica hizo un primer tiempo perfecto, soñado, impecable, tal y como lo había adelantado Jorge Luis Pinto, con cinco hombres en línea de defensa, bien sincronizados, una media atenta y de contragolpe letal.
España pensó jugar con el nombre, con el campeonato, con su toquecito adormecedor y liquidar, pero se topó con unos ticos en su tarde, bueno al menos en los primeros 45 minutos, que darían la sorpresa.
Las órdenes se cumplían al pie de la letra, Costa Rica gustaba y alegraba a los presentes en el Estadio Nacional, que se llenó en un 60%. Los ataques por la banda hacían daño y las opciones ticas surgían una tras otra, rompiendo la lógica.
Y llegó el primer gol, fue de Costa Rica, de Randall Brenes, quien presionó a Casillas, este falló, le robó la pelota, le amagó y luego, con toque elegante, como se le anota al campeón del mundo, mandó el balón a la red.
España reaccionó, se vio sorprendido, atacó más fuerte, pero surgió el mejor Keilor Navas, para por tierra y aire imponerse y mantener el cero en su marco.
Y faltaba más, porque en una combinación entre Ruiz y Joel Campbell, este se animó a rematar desde fuera del área, no potente, no era necesario, pero sí colocado, para poner el 2-0.
Ni en sueños, ni en playstation y menos en las apuestas, el 2-0 era un resultado previsible a favor de Costa Rica, pero bueno, quedaban 45 minutos.
Algo pasó en el camerino y todo se invirtió, Costa Rica salió perdida, ya no se tenía la pelota, ya no se cuidaba de pie a pie, no había orden, comenzaron los reventonazos y se acabó el sueño.
Al frente surgió la vergüenza deportiva de Andrés Iniesta, quien sacó lo mejor de su repertorio y guio a España a encerrar a Costa Rica, sobre todo cuando se metía hasta el área sacando rivales.
Y surgieron los cambios, respetados, pero inesperados y malos, ya que tras cada uno, peor se veía Costa Rica. Pinto sacó a los que mejor jugaban, cansados dijo después, aunque ¿quién se cansa por jugar ante España?
Y es que el colombiano, como lo dijo en la previa, quería ganar por Costa Rica, pero también por él, claro, el técnico que venza a España se consagra y por eso comenzó a cerrar, al meter a los diez minutos a José Luis López, por Randall Brenes, ¡error!
Y así fue sacando gente y metiendo a otros que ya se sabe no están aportando nada, y que además, la afición los recibió con rechiflas, no solo por ellos, sino por quien salía, desaprobando lo que hacía Pinto.
Aunque los minutos pasaban y el final se acercaba, el estadio estaba en silencio, la sensación de que España anotaría era latente, la gente sabe de fútbol y sabían que, la sele del primer tiempo, ya no estaba en la cancha, sino la que jugó, y muy mal, ante Panamá.
Y bueno, se dio lo que tenía que darse, lo que Pinto gestó desde el banquillo. Primero fue David Silva al min. 82 y luego, David Villa al min. 92, quienes marcaron el empate, empate que el mundo admirará, pero que aquí no sabe igual, porque Costa Rica perdonó a España.

Cristian Williams
cwilliams@larepublica.net






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