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EDITORIAL


Hace falta coherencia

| Jueves 03 mayo, 2012





Lo generado por el sector privado no tiene una contraparte semejante en el desenvolvimiento y control necesarios del sector público

Hace falta coherencia

La ruta de la seguridad humana es la que nos llevará a un desarrollo más seguro, liderado por la innovación, fortalecido por la solidaridad, arraigado en la justicia y la democracia y comprometido con la sostenibilidad ambiental. Estas palabras formaron parte del discurso de la Presidenta el 1° de mayo.
Es evidente que si transitáramos esa ruta sería probablemente bueno para los costarricenses. Pero veamos.
En materia de innovación, se debería poder garantizar una inversión sostenida y un órgano público – privado de alto nivel con planificación a largo plazo. No tenemos esto porque en general se busca impulsar aquello que se pueda inaugurar a corto plazo.
En cuanto a la solidaridad, el sistema solidario por excelencia del país es la Caja y sucesivos gobiernos permitieron juntas directivas y presidentes ejecutivos que la mal administraron y propiciaron que se desfinanciara por no cobrar como manda la ley las cuotas del gobierno y del sector privado. Pero si hablamos de esto no tenemos respuestas claras sino que el tema se escabulle por frases hechas o grises laberintos.
El actual gobierno no ha hecho lo necesario por acabar por completo con estos incumplimientos y erradicar la mala administración (entregar unos bonos no es solución). La Caja ni siquiera ha completado el funcionamiento de un adecuado sistema digital de compras que garantice la transparencia que los costarricenses merecen. Así no se fortalece la solidaridad.
Qué difícil hablar de justicia en un país en donde no ha hecho más que ampliarse la brecha entre ricos y pobres. No se han visto en acción los mecanismos que podrían haber devuelto vitalidad a un desarrollo que permitiera el resurgimiento de una clase media, tan importante pero sumamente deteriorada hoy por políticas que condujeron a ello. Esto no se mejora con limosnas sino con mejor distribución de la riqueza y oportunidades para los que las necesitan.
Por último, el compromiso con la sostenibilidad ambiental lo veríamos si, por ejemplo, se fortalecieran los órganos encargados del control sobre el manejo de residuos y desechos. Por el contrario, se le disminuyeron recursos al Tribunal Ambiental Administrativo. Sabemos que no es este un país con una sólida estructura y cultura de respeto al ambiente, especialmente en las zonas urbanas y se han incumplido mucho las leyes en ese sentido. De ahí la importancia del control. Desde luego, también la de no demorar las obras necesarias, la protección de fuentes de agua y la descontaminación de ríos.
Es decir, coherencia entre dicho y hecho. Lo generado por el sector privado no tiene una contraparte semejante en el desenvolvimiento y control necesarios del sector público.






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