Federer hincó a Nadal
| Lunes 18 mayo, 2009
Federer hincó a Nadal
Lo vence en Madrid y se ilusiona para París
Madrid
EFE
La final soñada se convirtió en el final del purgatorio para el suizo Roger Federer, quien con una victoria por 6-4 y 6-4 sobre el español Rafael Nadal en la lucha por el título del Madrid Open, abrió su esperanza para intentar el único Grand Slam que le falta, Roland Garros.
Federer se impuso a Nadal en una hora y 25 minutos sin ceder una sola vez su servicio. Contó para ello con la altitud de Madrid, que favoreció su fenomenal servicio, y una serie de golpes que mantuvo guardados hasta las rondas finales, una excepcional dejada y la derecha, que entró en picado esta vez sobre el revés de Nadal. “Tengo cartas guardadas y esperan su momento”, advirtió Federer, quien lloró sin consuelo en la final del Abierto de Australia y ayer lució la mejor de sus sonrisas.
Nadal no perdía sobre tierra batida desde la segunda ronda del torneo de Roma, el 7 de mayo del pasado año, contra su compatriota Juan Carlos Ferrero. Desde entonces encadenó 33 triunfos consecutivos sobre arcilla. Federer cortó esa racha, como también fue capaz de quebrar, en la final de Hamburgo de 2007, el récord mundial de 81 victorias seguidas sobre tierra, al imponerse al español por primera vez sobre tierra batida.
“Federer fue superior a mí. La pista le favorecía, porque está muy rápida para él, y mereció la victoria. A mí me faltó agresividad pero él estuvo muy fino. Jugando así es muy difícil pararle”, dijo Nadal sobre la pista.
Federer salió lanzado, evitando los intercambios y jugando al punto directamente, sin peloteos, al cara a cara. Y poco a poco su confianza se fue reforzando. Su saque, combinado con los 665 metros de altitud de Madrid, hicieron estragos en el juego de Nadal que apenas podía leerlo y poner la bola en juego. Pese a todo, el español dispuso de cuatro oportunidades para romperle y fracasó en todas ellas.
El suizo jugó suelto, a placer, sabiendo de sus opciones. Acabó con seis saques directos y resolviendo el partido a la segunda oportunidad, una dulce, aunque minúscula venganza de la final del Abierto de Australia este año, de las tres últimas de Roland Garros, y sobre todo de la de Wimbledon de 2008.
El suizo se va de Madrid igualando los 15 títulos del Masters 1000 de Nadal y a solo dos del récord del estadounidense Andre Agassi. París se abre más que nunca este año con la llegada de Nadal, cuatro veces ganador, herido con la espina de Madrid, y las nuevas sensaciones de Federer.
Lo vence en Madrid y se ilusiona para París
Madrid
EFE
La final soñada se convirtió en el final del purgatorio para el suizo Roger Federer, quien con una victoria por 6-4 y 6-4 sobre el español Rafael Nadal en la lucha por el título del Madrid Open, abrió su esperanza para intentar el único Grand Slam que le falta, Roland Garros.
Federer se impuso a Nadal en una hora y 25 minutos sin ceder una sola vez su servicio. Contó para ello con la altitud de Madrid, que favoreció su fenomenal servicio, y una serie de golpes que mantuvo guardados hasta las rondas finales, una excepcional dejada y la derecha, que entró en picado esta vez sobre el revés de Nadal. “Tengo cartas guardadas y esperan su momento”, advirtió Federer, quien lloró sin consuelo en la final del Abierto de Australia y ayer lució la mejor de sus sonrisas.
Nadal no perdía sobre tierra batida desde la segunda ronda del torneo de Roma, el 7 de mayo del pasado año, contra su compatriota Juan Carlos Ferrero. Desde entonces encadenó 33 triunfos consecutivos sobre arcilla. Federer cortó esa racha, como también fue capaz de quebrar, en la final de Hamburgo de 2007, el récord mundial de 81 victorias seguidas sobre tierra, al imponerse al español por primera vez sobre tierra batida.
“Federer fue superior a mí. La pista le favorecía, porque está muy rápida para él, y mereció la victoria. A mí me faltó agresividad pero él estuvo muy fino. Jugando así es muy difícil pararle”, dijo Nadal sobre la pista.
Federer salió lanzado, evitando los intercambios y jugando al punto directamente, sin peloteos, al cara a cara. Y poco a poco su confianza se fue reforzando. Su saque, combinado con los 665 metros de altitud de Madrid, hicieron estragos en el juego de Nadal que apenas podía leerlo y poner la bola en juego. Pese a todo, el español dispuso de cuatro oportunidades para romperle y fracasó en todas ellas.
El suizo jugó suelto, a placer, sabiendo de sus opciones. Acabó con seis saques directos y resolviendo el partido a la segunda oportunidad, una dulce, aunque minúscula venganza de la final del Abierto de Australia este año, de las tres últimas de Roland Garros, y sobre todo de la de Wimbledon de 2008.
El suizo se va de Madrid igualando los 15 títulos del Masters 1000 de Nadal y a solo dos del récord del estadounidense Andre Agassi. París se abre más que nunca este año con la llegada de Nadal, cuatro veces ganador, herido con la espina de Madrid, y las nuevas sensaciones de Federer.