FARC abandona secuestros pero ataca
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 28 febrero, 2012
FARC abandona secuestros pero ataca
Mientras las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) prometió el domingo abandonar la práctica de los secuestros como estrategia de negociación, el Frente Sexto miembro de las FARC en la madrugada de ayer hostigó con bombas y artefactos artesanales contra los puestos policial y militar de Caldono, ubicados en el centro urbano de ese municipio del departamento colombiano del Cauca (suroeste).
El secretario de Gobierno de Caldono, Carlos Pascué, informó a medios locales desde su casa, de la que, dijo, no ha podido salir por la intensidad de los ataques que se escuchaban de fondo.
"A las 3.20 hora local de la madrugada hay un ataque de las FARC muy duro con morteros, bombas. Entrada la mañana los ataques no han cesado, tenemos sobrevuelos de los helicópteros (de autoridades), pero es muy complicada la situación en Caldono", señaló Pascué en la emisora colombiana Caracol Radio.
Indicó que la estación de Policía se encuentra "en pleno centro de la carretera y había mucho temor entre los habitantes", que en algunos casos comenzaron a abandonar las partes altas del municipio en busca de albergues.
Durante el mes de febrero, el Cauca ha sido objeto de varios ataques atribuidos a las FARC contra uniformados, pero en los que la sociedad civil ha sido también víctima.
Las FARC había anunciado el domingo a través de un comunicado en su página web de su decisión de renunciar a las "retenciones de personas" con fines financieros y poner en libertad a los últimos diez uniformados que mantiene en condición de rehenes.
La directora de la organización no gubernamental Fundación País Libre, Olga Lucía Gómez, dijo a Efe que la cifra de secuestrados civiles en poder de las FARC asciende a 405, lo que los convierte en el grupo "más numeroso y más desconocido".
Gómez explicó que estos civiles han sido en los últimos diez años víctimas del secuestro con fines de extorsión y financiación por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), práctica que el grupo guerrillero ha decidido proscribir, según un comunicado divulgado ayer en su página web.
El Gobierno colombiano siempre ha condicionado la posibilidad de un diálogo a la entrega de los secuestrados, por lo que ayer el presidente colombiano Juan Manuel Santos lo valoró como "un paso importante y necesario pero no suficiente en la dirección correcta".
Santos considera que el anuncio del domingo de las FARC, que también se comprometió a liberar a los diez militares y policías que aún tiene en su poder, es "un paso importante y necesario, pero no es suficiente".
En Washington, tanto la Administración del presidente Barack Obama como líderes del Congreso y expertos consultados por Efe le dan la razón, e insisten en que la pacificación en Colombia exige que la guerrilla deje para siempre la lucha armada.
Neda Brown, una portavoz del Departamento de Estado, dijo que EE.UU. creerá las promesas de la guerrilla cuando las cumpla, y respaldó el llamado de Santos a que las FARC "renuncien a toda violencia y actividades al margen de la ley, y liberen a todos sus rehenes".
El recelo en Washington obedece a que, durante la década de 1980, la guerrilla también hizo una promesa semejante al entonces presidente Belisario Betancur, pero no la cumplió.
Bogotá/EFE
Mientras las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) prometió el domingo abandonar la práctica de los secuestros como estrategia de negociación, el Frente Sexto miembro de las FARC en la madrugada de ayer hostigó con bombas y artefactos artesanales contra los puestos policial y militar de Caldono, ubicados en el centro urbano de ese municipio del departamento colombiano del Cauca (suroeste).
El secretario de Gobierno de Caldono, Carlos Pascué, informó a medios locales desde su casa, de la que, dijo, no ha podido salir por la intensidad de los ataques que se escuchaban de fondo.
"A las 3.20 hora local de la madrugada hay un ataque de las FARC muy duro con morteros, bombas. Entrada la mañana los ataques no han cesado, tenemos sobrevuelos de los helicópteros (de autoridades), pero es muy complicada la situación en Caldono", señaló Pascué en la emisora colombiana Caracol Radio.
Indicó que la estación de Policía se encuentra "en pleno centro de la carretera y había mucho temor entre los habitantes", que en algunos casos comenzaron a abandonar las partes altas del municipio en busca de albergues.
Durante el mes de febrero, el Cauca ha sido objeto de varios ataques atribuidos a las FARC contra uniformados, pero en los que la sociedad civil ha sido también víctima.
Las FARC había anunciado el domingo a través de un comunicado en su página web de su decisión de renunciar a las "retenciones de personas" con fines financieros y poner en libertad a los últimos diez uniformados que mantiene en condición de rehenes.
La directora de la organización no gubernamental Fundación País Libre, Olga Lucía Gómez, dijo a Efe que la cifra de secuestrados civiles en poder de las FARC asciende a 405, lo que los convierte en el grupo "más numeroso y más desconocido".
Gómez explicó que estos civiles han sido en los últimos diez años víctimas del secuestro con fines de extorsión y financiación por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), práctica que el grupo guerrillero ha decidido proscribir, según un comunicado divulgado ayer en su página web.
El Gobierno colombiano siempre ha condicionado la posibilidad de un diálogo a la entrega de los secuestrados, por lo que ayer el presidente colombiano Juan Manuel Santos lo valoró como "un paso importante y necesario pero no suficiente en la dirección correcta".
Santos considera que el anuncio del domingo de las FARC, que también se comprometió a liberar a los diez militares y policías que aún tiene en su poder, es "un paso importante y necesario, pero no es suficiente".
En Washington, tanto la Administración del presidente Barack Obama como líderes del Congreso y expertos consultados por Efe le dan la razón, e insisten en que la pacificación en Colombia exige que la guerrilla deje para siempre la lucha armada.
Neda Brown, una portavoz del Departamento de Estado, dijo que EE.UU. creerá las promesas de la guerrilla cuando las cumpla, y respaldó el llamado de Santos a que las FARC "renuncien a toda violencia y actividades al margen de la ley, y liberen a todos sus rehenes".
El recelo en Washington obedece a que, durante la década de 1980, la guerrilla también hizo una promesa semejante al entonces presidente Belisario Betancur, pero no la cumplió.
Bogotá/EFE