Factor humano
| Miércoles 14 noviembre, 2007
Factor humano
German Retana
german.retana@incae.edu
911
La regla es sencilla: cada vez que un miembro del equipo perciba que hay algo que no está funcionando bien, pedirá un “911”; o sea, convocará a sus compañeros a una franca conversación sobre lo que le preocupa. En esa reunión se resolverá el asunto y todos reafirmarán así su compromiso con mantener un excelente ambiente de trabajo.
Cualquiera puede solicitar ese diálogo porque todos comparten la responsabilidad de cuidar la salud del conjunto. El sentimiento de pertenencia es tan fuerte que nadie espera que otros se hagan cargo de plantear o resolver los problemas.
La temperatura considerada normal en el cuerpo humano es 37 grados centígrados. Sin embargo, durante el día se presentan constantes variaciones, algunas de las cuales son imperceptibles a nosotros mismos. Aunque, si la variación es mayor a 1 ó 1.5 grados, el propio cuerpo nos envía un aviso procurando nuestra atención. De inmediato usamos un termómetro y recurrimos hasta a la ayuda médica para interpretar la magnitud de la desviación. Si la temperatura es menor a 35 grados podríamos sufrir de hipotermia y algunos síntomas son: confusión, somnolencia, debilidad, pérdida de coordinación, disminución de la frecuencia cardiaca y temblor incontrolable por el esfuerzo del cuerpo para generar calor.
En cambio, si el termómetro marca más de 40 grados padeceríamos de fiebre e hipertermia y algunos síntomas son: calambres, agotamiento, fatiga, comportamiento irracional y confusión extrema.
¿Acaso no se parecen estos síntomas a los que sufre un equipo o empresa cuando no funciona normalmente? Entonces: ¿Cómo saben sus miembros lo que se considera un desempeño normal? ¿Qué mecanismos e instrumentos poseen para medir constantemente su “temperatura”? ¿Cuáles son los medios para rectificar de inmediato, en especial cuando las desviaciones amenazan con destruir la confianza, el respeto, la moral y la determinación para procurar las metas? ¿Cada cuánto tiempo mide el equipo su estado de salud y quién lo hace? Lo más probable es que si no se tienen respuestas claras a estas preguntas, una simple infección pueda conducir a algo grave que enferma rápidamente al equipo.
La calidad de vida en una organización, familia o equipo es determinada por la calidad de diálogo entre sus miembros. Llamar a un “911”, es un mecanismo efectivo de retroalimentación para prevenir enfermedades de grupo, rectificar desviaciones en comportamientos y reafirmar un estado de salud a prueba de hipotermias e hipertermias. Según Agatha Christie, la única conversación peligrosa es aquella en la que se desea ocultar algo. Eso no ocurre en un diálogo “911” de un verdadero equipo orientado a alcanzar resultados crecientes.
German Retana
german.retana@incae.edu
911
La regla es sencilla: cada vez que un miembro del equipo perciba que hay algo que no está funcionando bien, pedirá un “911”; o sea, convocará a sus compañeros a una franca conversación sobre lo que le preocupa. En esa reunión se resolverá el asunto y todos reafirmarán así su compromiso con mantener un excelente ambiente de trabajo.
Cualquiera puede solicitar ese diálogo porque todos comparten la responsabilidad de cuidar la salud del conjunto. El sentimiento de pertenencia es tan fuerte que nadie espera que otros se hagan cargo de plantear o resolver los problemas.
La temperatura considerada normal en el cuerpo humano es 37 grados centígrados. Sin embargo, durante el día se presentan constantes variaciones, algunas de las cuales son imperceptibles a nosotros mismos. Aunque, si la variación es mayor a 1 ó 1.5 grados, el propio cuerpo nos envía un aviso procurando nuestra atención. De inmediato usamos un termómetro y recurrimos hasta a la ayuda médica para interpretar la magnitud de la desviación. Si la temperatura es menor a 35 grados podríamos sufrir de hipotermia y algunos síntomas son: confusión, somnolencia, debilidad, pérdida de coordinación, disminución de la frecuencia cardiaca y temblor incontrolable por el esfuerzo del cuerpo para generar calor.
En cambio, si el termómetro marca más de 40 grados padeceríamos de fiebre e hipertermia y algunos síntomas son: calambres, agotamiento, fatiga, comportamiento irracional y confusión extrema.
¿Acaso no se parecen estos síntomas a los que sufre un equipo o empresa cuando no funciona normalmente? Entonces: ¿Cómo saben sus miembros lo que se considera un desempeño normal? ¿Qué mecanismos e instrumentos poseen para medir constantemente su “temperatura”? ¿Cuáles son los medios para rectificar de inmediato, en especial cuando las desviaciones amenazan con destruir la confianza, el respeto, la moral y la determinación para procurar las metas? ¿Cada cuánto tiempo mide el equipo su estado de salud y quién lo hace? Lo más probable es que si no se tienen respuestas claras a estas preguntas, una simple infección pueda conducir a algo grave que enferma rápidamente al equipo.
La calidad de vida en una organización, familia o equipo es determinada por la calidad de diálogo entre sus miembros. Llamar a un “911”, es un mecanismo efectivo de retroalimentación para prevenir enfermedades de grupo, rectificar desviaciones en comportamientos y reafirmar un estado de salud a prueba de hipotermias e hipertermias. Según Agatha Christie, la única conversación peligrosa es aquella en la que se desea ocultar algo. Eso no ocurre en un diálogo “911” de un verdadero equipo orientado a alcanzar resultados crecientes.