Exoneraciones y reforma fiscal
| Viernes 27 enero, 2012
Exoneraciones y reforma fiscal
En el artículo “Exoneraciones fiscales pesan sobre los ticos”, publicado el 20 de diciembre pasado, la periodista Carolina Acuña resume y comenta muy bien los resultados del estudio “Estimación del Gasto Tributario para Costa Rica en 2010: Impuestos de Ventas, Renta y otros Tributos”.
El gasto tributario representa el nivel de ingresos que el Gobierno deja de percibir al otorgar incentivos fiscales, cuyo resultado económico es una reducción de sus impuestos para los beneficiarios y una pérdida de recaudación para el Estado.
Exenciones o exoneraciones son los términos con los que normalmente se ha denominado al gasto tributario, aunque este último es más adecuado porque establece un paralelo entre lo que es el gasto directo, que el Gobierno ejecuta a través del presupuesto, y el indirecto, que resulta de otorgar incentivos fiscales que, siendo una excepción al deber de contribuir que todos tenemos en un Estado solidario, deben estar condicionados al logro de un beneficio superior y ser conocidos desde su formulación, porque al no constituir un gasto visible, presupuestado y sujeto a control, es muy fácil que se pierda la claridad sobre la inversión que el país hace por este medio.
En Costa Rica estos incentivos se han mantenido indefinidamente sin valoración de su pertinencia. Con el estudio mencionado se da un aporte a la transparencia, al especificarse a quiénes se favorece con gasto tributario y en cuánto.
Pero debemos tener claro que las exoneraciones solo se crean y eliminan por ley. Al ser de tal magnitud, la única forma de reducirlas es modificando las leyes de los impuestos. Eso es precisamente lo que se viene discutiendo desde la última década, en el marco de las reformas fiscales propuestas, que, más que un amento de las tarifas de los impuestos, han tenido una tendencia mayor a la ampliación de la base impositiva, o sea, a la racionalización de exenciones, que son las que erosionan esa base. Lamentablemente no han pasado de proyectos de ley porque han encontrado todos los obstáculos posibles para que ni siquiera puedan ser votados, manteniendo la situación privilegiada de algunos en perjuicio de las mayorías y postergando una necesidad clave para el país en materia de política económica.
El Gobierno, en una actitud responsable, impulsa proyectos de ley orientados a la sostenibilidad fiscal, entre ellos el de Solidaridad Tributaria cuyo rendimiento proviene en más de un 70% de la eliminación de exoneraciones regresivas, cerrando a la vez portillos para la evasión.
Si consideramos que nuestro gasto tributario es excesivo, el primer paso es aprobar la Ley de Solidaridad Tributaria, lo que nos llevaría a niveles razonables de exoneraciones, equilibrando la situación fiscal y generando recursos sanos que puedan dirigirse con mayor efectividad a atender programas prioritarios.
Francisco Fonseca Montero
Programa Reforma Fiscal, Ministerio de Hacienda
fonsecamf@hacienda.go.cr
En el artículo “Exoneraciones fiscales pesan sobre los ticos”, publicado el 20 de diciembre pasado, la periodista Carolina Acuña resume y comenta muy bien los resultados del estudio “Estimación del Gasto Tributario para Costa Rica en 2010: Impuestos de Ventas, Renta y otros Tributos”.
El gasto tributario representa el nivel de ingresos que el Gobierno deja de percibir al otorgar incentivos fiscales, cuyo resultado económico es una reducción de sus impuestos para los beneficiarios y una pérdida de recaudación para el Estado.
Exenciones o exoneraciones son los términos con los que normalmente se ha denominado al gasto tributario, aunque este último es más adecuado porque establece un paralelo entre lo que es el gasto directo, que el Gobierno ejecuta a través del presupuesto, y el indirecto, que resulta de otorgar incentivos fiscales que, siendo una excepción al deber de contribuir que todos tenemos en un Estado solidario, deben estar condicionados al logro de un beneficio superior y ser conocidos desde su formulación, porque al no constituir un gasto visible, presupuestado y sujeto a control, es muy fácil que se pierda la claridad sobre la inversión que el país hace por este medio.
En Costa Rica estos incentivos se han mantenido indefinidamente sin valoración de su pertinencia. Con el estudio mencionado se da un aporte a la transparencia, al especificarse a quiénes se favorece con gasto tributario y en cuánto.
Pero debemos tener claro que las exoneraciones solo se crean y eliminan por ley. Al ser de tal magnitud, la única forma de reducirlas es modificando las leyes de los impuestos. Eso es precisamente lo que se viene discutiendo desde la última década, en el marco de las reformas fiscales propuestas, que, más que un amento de las tarifas de los impuestos, han tenido una tendencia mayor a la ampliación de la base impositiva, o sea, a la racionalización de exenciones, que son las que erosionan esa base. Lamentablemente no han pasado de proyectos de ley porque han encontrado todos los obstáculos posibles para que ni siquiera puedan ser votados, manteniendo la situación privilegiada de algunos en perjuicio de las mayorías y postergando una necesidad clave para el país en materia de política económica.
El Gobierno, en una actitud responsable, impulsa proyectos de ley orientados a la sostenibilidad fiscal, entre ellos el de Solidaridad Tributaria cuyo rendimiento proviene en más de un 70% de la eliminación de exoneraciones regresivas, cerrando a la vez portillos para la evasión.
Si consideramos que nuestro gasto tributario es excesivo, el primer paso es aprobar la Ley de Solidaridad Tributaria, lo que nos llevaría a niveles razonables de exoneraciones, equilibrando la situación fiscal y generando recursos sanos que puedan dirigirse con mayor efectividad a atender programas prioritarios.
Francisco Fonseca Montero
Programa Reforma Fiscal, Ministerio de Hacienda
fonsecamf@hacienda.go.cr