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El León rugió en Tibás

Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Lunes 02 abril, 2012




El León rugió en Tibás
Su cachorro clavó garras, mordió y los rojinegros salieron con fuerte bolso de piel de monstruo

El peor escenario para el Deportivo Saprissa, y el mejor para Alajuelense se dio ayer tras la victoria manuda 2 a 0 ante un Saprissa que ahora sí complicó lo que hace pocas fechas era un apacible camino hacia la clasificación.
Todo lo contrario, lo que para Alajuelense era casi un imposible, se está convirtiendo en realidad y Oscar Ramírez y sus muchachos se permiten soñar, mientras que Alexander Guimaraes y los suyos entraron en la zona de las pesadillas.
El clásico fue tenso de principio a fin y los dos mejores jugadores sobre el terreno de juego fueron los arqueros Patrick Pemberton y Víctor Bolívar, que se ganaron el salario, aunque al morado le tocó cargar con el juego perdido, más que todo, por lo que no hicieron sus compañeros.
Guimaraes intentó que Cordero le abriera la cancha, que Jordan le desbordara por la derecha, que Centeno o Russell pusieran de cara al gol a Jairo.
La Liga hizo juego de media cancha; ahí se distinguieron Valle y Juan Gabriel Guzmán; Alpízar esperaba y buscaba a pura espuela la opción y Gabas y Sancho trataban de llegar a la cita cuando Alejandro tomaba el balón.
La Liga no tenía alas, porque Salvatierra estaba muy ocupado con Cordero y Meneses con Smith; Saprissa intentó por el centro, pero respondieron González y Soto, y entonces Paté y Russell empezaron a jugar de tiro al blanco, buscando en la media distancia la solución al partido; no obstante, la mala puntería y Pemberton mantuvieron el 0 a 0.
En la complementaria la Liga entró mejor. Bolívar fue entonces el que se hizo grande en el marco saprissista.
Gabas se acercó más a Alpízar y ambos probaron por el centro de la defensa, mientras Sancho y Juan Gabriel llevaban el balón por las alas. Alejandro empezó a poner en aprietos a la defensa morada.
Guimaraes mete a Scoe por la izquierda y pasa a Robinson a la derecha y en pocos minutos se viene el gol; una falta de Paté, los morados se duermen, los rojinegros se avivan, Valle la toca para Alpízar y este para la llegada de Meneses, que entra por su carril, como no lo había podido hacer antes, y clava la estocada.
El gol cayó en el Saprissa, como darle un banano a un enfermo de diarrea; Saprissa quiso responder pero más con corazón y desesperación que con buen fútbol y la Liga jugó con el tiempo; los manudos cerraron los caminos al gol, y más bien Bolívar salvó en sendas ocasiones la segunda caída.
El León rugía, y desde la banca llegó el cachorro, que de cachorro solo tiene el apodo, sacó la espuela, y entró a hacer lo que le mandaron, daño.
Saprissa había perdido la concentración, desde las gradas el respetable pedía la cabeza de Guimaraes, y la Liga, tocó a las puertas del segundo gol con jugada de Ledezma, metralla para Víctor, paró dos, pero el tercero se lo tragó. ¿Quién? Froylán, quien ayer regresó al fútbol y al gol, y en el mejor momento.

Luis Rojas
lrojas@larepublica.net






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