El efecto del ejercicio en una persona hipertensa
| Jueves 18 octubre, 2007
El efecto del ejercicio en una persona hipertensa
De un 15% a un 20% de la población tiene la presión arterial elevada. Otro porcentaje pequeño de personas también, pero no lo sabe por el hecho de no controlarse con cierta periodicidad. A la hipertensión se le llama el asesino silencioso, porque una persona hipertensa puede pasar diez años asintomática.
En el 90% de los casos de hipertensión no se descubre una causa aparente; a esta se le llama hipertensión idiopática. El 10% restante casi siempre se relaciona con algún problema en los riñones.
A todos los hipertensos se les recomienda hacer ejercicio. Está demostrado que una persona con una hipertensión arterial moderada podría no necesitar tratamiento si hace ejercicio regularmente.
El ejercicio que se recomienda es aeróbico, como caminar, nadar o hacer bicicleta estacionaria, de 30 a 40 minutos, tres o cuatro veces por semana.
Debe ser de intensidad moderada (del 50% al 70% de la frecuencia cardiaca máxima). Actividades de alta intensidad (ejercicio anaeróbico) podrían más bien elevarla, como ocurre cuando la persona se ejercita con pesos pesados y puja al hacer el esfuerzo de levantarlos.
Una persona con hipertensión severa también se puede beneficiar con el ejercicio moderado y debe regularse la dosis del medicamento antihipertensivo.
La hipertensión es un importante factor de riesgo coronario y se asocia frecuentemente a la obesidad, el estrés, al fumado y a los niveles altos de lípidos en la sangre (colesterol y triglicéridos). El ejercicio mejora también todos estos factores reduciendo el riesgo de la enfermedad cardiovascular.
De un 15% a un 20% de la población tiene la presión arterial elevada. Otro porcentaje pequeño de personas también, pero no lo sabe por el hecho de no controlarse con cierta periodicidad. A la hipertensión se le llama el asesino silencioso, porque una persona hipertensa puede pasar diez años asintomática.
En el 90% de los casos de hipertensión no se descubre una causa aparente; a esta se le llama hipertensión idiopática. El 10% restante casi siempre se relaciona con algún problema en los riñones.
A todos los hipertensos se les recomienda hacer ejercicio. Está demostrado que una persona con una hipertensión arterial moderada podría no necesitar tratamiento si hace ejercicio regularmente.
El ejercicio que se recomienda es aeróbico, como caminar, nadar o hacer bicicleta estacionaria, de 30 a 40 minutos, tres o cuatro veces por semana.
Debe ser de intensidad moderada (del 50% al 70% de la frecuencia cardiaca máxima). Actividades de alta intensidad (ejercicio anaeróbico) podrían más bien elevarla, como ocurre cuando la persona se ejercita con pesos pesados y puja al hacer el esfuerzo de levantarlos.
Una persona con hipertensión severa también se puede beneficiar con el ejercicio moderado y debe regularse la dosis del medicamento antihipertensivo.
La hipertensión es un importante factor de riesgo coronario y se asocia frecuentemente a la obesidad, el estrés, al fumado y a los niveles altos de lípidos en la sangre (colesterol y triglicéridos). El ejercicio mejora también todos estos factores reduciendo el riesgo de la enfermedad cardiovascular.