El consumidor puede hacer el cambio
Para que la ruta hacia la sostenibilidad sea un camino claro y recto en el país, este debe transitarse de forma integral, con la participación de todos los actores de la sociedad
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Viernes 04 junio, 2010
En teoría, en el país y en el resto de la región no se deberían fabricar ni importar ya elementos que utilicen clorofluorocarbonos (gases CFC), para cumplir así con la primera parte del compromiso adquirido en el Protocolo de Montreal. Esto en general se ha cumplido.
Sin embargo, se supone que desde diciembre de 2009 no deberían entrar a Costa Rica frigoríficos ni aires acondicionados con CFC, pero la realidad indica que a nuestras fronteras llegan algunos productos que intentan pasar como libres de ese gas cuando en realidad sí lo contienen.
Dichos elementos pueden llegar tanto desde China como desde cualquier otro lugar del mundo donde se den todavía esas prácticas; esto se debe al mal control en nuestras aduanas y a la vulnerabilidad de las fronteras.
Como sustituto de los dañinos gases antes mencionados se usan los llamados HCFC, pero estos si bien no dañan la capa de ozono sí actúan negativamente sobre el calentamiento global.
Así las cosas, tal como lo explica una página de este medio ayer, muchos países ya buscan alternativas y ofrecen equipos con refrigerantes ecológicos como el amoniaco.
Lo importante, sin embargo, es comprender que para que la ruta hacia la producción y el consumo sostenibles, de la mano con el ambiente, sea un camino claro y recto en el país, este debe transitarse de forma integral. Es decir, con la participación de todos los actores de la sociedad.
En este caso, por ejemplo, la producción agrícola también debe integrarse al esfuerzo. Los plaguicidas con bromuro de metilo constituyen un elemento 50 veces más destructor de la capa de ozono que los gases CFC. Sin embargo, persisten en el país muchos productores que los utilizan.
Productores, fabricantes, distribuidores, comercio y controladores de aduanas deben coadyuvar a que se alcance la meta en ese sentido. Pero es importante la toma de conciencia del poder de los consumidores, quienes con su actitud y decisiones pueden conducir sin más demoras al cambio.
En esto, como en tantas otras cosas la población deberá tomar las iniciativas y marcar el rumbo.