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El año en frutas

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 28 octubre, 2015


Los supermercados nacionales y otros canales de venta deberían hacer más esfuerzo de ofrecer más variedad de las frutas nacionales

El año en frutas

Uno de los beneficios de vivir en este país tan espléndido es el gran surtido de frutas tropicales que se ofrecen. Hablando como persona que come frutas por lo menos dos veces al día, mi opinión es que 2015 fue un año especialmente bueno en cuanto a la diversidad y calidad de la oferta en el mercado.
Encuentro que la oferta de mangos ha sido abundante y de una calidad suculenta. La piña y la papaya han sido sabrosas y ni hablar de las mandarinas, los limones dulces y las naranjas.
A mí me gusta comer naranjas de la forma tradicional, peladas por una maquinita y solo la tapita cortada para sacar el jugo. Recuerdo que el jugo de naranja es de las cosas que se pueden consumir sin miedo en la calle y lo he hecho en varias ocasiones.
Y hablando de jugo, pude tomar fresco de marañón este año; el sabor de este producto, que es difícil de encontrar, es exquisito. También tomé fresco de tamarindo y en una oportunidad de nance, pero no me gustan esos tanto. También tome guanábana, tanto en agua como en leche y limonada con hierbabuena.
Por primera vez en años hubo bastante oferta de jocotes; la verdad es que creí que las ardillas habían comido todo, pero por lo menos en 2015 quedó para los humanos también.
Al fin del verano encontré unos caimitos, y en varias ocasiones anonas. Encontré guayabas sin gusanitos, pero celes.
No sé por qué, pero las fresas que encuentro nunca son dulces; igual las moras. Agregando un poco de miel de abeja natural se convierten en un postre sabroso.
No puedo ignorar al banano, que es de tanta importancia para la economía. En lo personal prefiero los criollos.
Tristemente hay otras frutas que no encontré este año. Una de estas es el mamón; a mí me gustan los que vienen con una semilla grande con la fruta jugosa lista para el paladar.
Sí vi mamones chinos, pero estos no me agradan tanto.
No sé si todavía aparecen los nísperos, una fruta que recuerdo de mi juventud y tampoco encontré zapotes.
Me dicen que estos últimos se pueden encontrar eventualmente en el Mercado Borbón; solo fui una vez y no tuve suerte.
También recuerdo frutas que desde hace años no he visto y le pido a cualquier lector que sepa de algún lugar donde se puede comprar toreta, papaturro, guastomate, zapotillo, guapinol, sandal o sonzapote que me escriba y que me cuente. ¡Estaría muy agradecido!
Acepto que la fruta que se produce en climas más fríos también es rica, especialmente si se consume en temporada y en el país de origen. Cuando llega acá, algo del sabor se siente opacado; algo similar pasa con los bananos costarricenses cuando aparecen en los supermercados de Montreal o Chicago.
Lo que creo es que los supermercados nacionales y otros canales de venta deberían hacer más esfuerzo de ofrecer más variedad de las frutas nacionales
 

Carlos Denton

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