El linaje del golf nacional
Dinia Vargas dvargas@larepublica.net | Jueves 21 mayo, 2009
El linaje del golf nacional
El mexicano José Pérez fue el primer profesor de este deporte
Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net
El camino que ha recorrido el golf en Costa Rica es muy largo; después de la construcción de dos campos, el Golfito Golf Club y el Costa Rica Country Club, la historia ha crecido significativamente.
En Golfito el campo se ubicaba donde hoy es el aeropuerto, y fue construido por los altos funcionarios de la United Fruit Company.
José Pérez, de nacionalidad mexicana, fue el encargado de cuidar este campo de golf y de organizar los torneos entre los diferentes jugadores, recordó Miguel Angel Agüero “Machaco”, quien fue caddie en 1947.
“El organizaba los torneos, los golfistas del Country iban a Golfito y viceversa. Yo solo fui caddie. El campo de Golfito era bastante grande, por una ronda de 18 hoyos, uno tenía derecho a cobrar ¢2”, mencionó Agüero.
Para 1947 el Costa Rica Country Club se hace de los servicios de Pérez y él comienza a impartir clases, especialmente a niños, entre sus alumnos se encontraba Ramón Jiménez, quien el año pasado ingresó al Salón de la Fama.
Jiménez recuerda que con otros niños comenzaron a recibir clases con este profesor. “La cancha era corta, una canchita de nueve hoyos, nosotros éramos los primeros jovencillos, de un grupo como de seis, que empezábamos a aprender”.
Ellos tuvieron la oportunidad de representar a Costa Rica en un Centroamericano y participaron en otros torneos donde iban invitados, ya que tenían un nivel un poco más alto de competencia, “no tanto como los de hoy en día”.
“En el Centroamericano íbamos ocho jugadores por país para competir, nosotros ya teníamos un nivel un poco más alto, dábamos más pelea”, dijo Jiménez, quien también tuvo la posibilidad de ganar el Centroamericano, uno de los primeros triunfos de un golfista tico en el exterior.
Después se construyó del Cariari Country Club, diseñado por el arquitecto George Fazio y construido entre 1970 y 1973 por su sobrino Tom Fazio. Fue el primer campo con 18 hoyos en el Valle Central.
Aquí el señor Jiménez tuvo su intervención pues formó parte del equipo que se encargó de la construcción del campo, ante una solicitud que le realizaron por ser uno de los golfistas amateurs nacionales que más habían tenido la posibilidad de viajar y conocer diversos campos.
“Nos divertimos mucho en las construcción del Cariari, yo pedí que me trajeran a Manuel Enrique Herrero, él sí sabía de eso, era el encargado del mantenimiento del césped del Country”, comentó.
La decisión de ponerle este nombre al campo es porque Cariari es sinónimo de ambiente, tanto así que los aborígenes denominaban de esta manera a la región del puerto de Limón.
El señor Ramón Jiménez dice que ya con estos dos campos se dio a conocer más está disciplina, aunque aceptó que ha costado mucho que en Costa Rica se deje de pensar que es un deporte elitista.
Ahora está asombrado del crecimiento que ha tenido el golf, Jiménez añadió estar sorprendido de la belleza de los campos que se pueden encontrar, y especialmente de cómo ha crecido en sectores como Guanacaste.
Hoy en día estos campos están llenos de niños que viven la pasión del golf, tanto como él la vivió en su tiempo, además que pueden encargarse de representar al país en eventos fundamentales como al que él asistió, solo que hoy en día el nivel de juego es “muchísimo más elevado”.
El mexicano José Pérez fue el primer profesor de este deporte
Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net
El camino que ha recorrido el golf en Costa Rica es muy largo; después de la construcción de dos campos, el Golfito Golf Club y el Costa Rica Country Club, la historia ha crecido significativamente.
En Golfito el campo se ubicaba donde hoy es el aeropuerto, y fue construido por los altos funcionarios de la United Fruit Company.
José Pérez, de nacionalidad mexicana, fue el encargado de cuidar este campo de golf y de organizar los torneos entre los diferentes jugadores, recordó Miguel Angel Agüero “Machaco”, quien fue caddie en 1947.
“El organizaba los torneos, los golfistas del Country iban a Golfito y viceversa. Yo solo fui caddie. El campo de Golfito era bastante grande, por una ronda de 18 hoyos, uno tenía derecho a cobrar ¢2”, mencionó Agüero.
Para 1947 el Costa Rica Country Club se hace de los servicios de Pérez y él comienza a impartir clases, especialmente a niños, entre sus alumnos se encontraba Ramón Jiménez, quien el año pasado ingresó al Salón de la Fama.
Jiménez recuerda que con otros niños comenzaron a recibir clases con este profesor. “La cancha era corta, una canchita de nueve hoyos, nosotros éramos los primeros jovencillos, de un grupo como de seis, que empezábamos a aprender”.
Ellos tuvieron la oportunidad de representar a Costa Rica en un Centroamericano y participaron en otros torneos donde iban invitados, ya que tenían un nivel un poco más alto de competencia, “no tanto como los de hoy en día”.
“En el Centroamericano íbamos ocho jugadores por país para competir, nosotros ya teníamos un nivel un poco más alto, dábamos más pelea”, dijo Jiménez, quien también tuvo la posibilidad de ganar el Centroamericano, uno de los primeros triunfos de un golfista tico en el exterior.
Después se construyó del Cariari Country Club, diseñado por el arquitecto George Fazio y construido entre 1970 y 1973 por su sobrino Tom Fazio. Fue el primer campo con 18 hoyos en el Valle Central.
Aquí el señor Jiménez tuvo su intervención pues formó parte del equipo que se encargó de la construcción del campo, ante una solicitud que le realizaron por ser uno de los golfistas amateurs nacionales que más habían tenido la posibilidad de viajar y conocer diversos campos.
“Nos divertimos mucho en las construcción del Cariari, yo pedí que me trajeran a Manuel Enrique Herrero, él sí sabía de eso, era el encargado del mantenimiento del césped del Country”, comentó.
La decisión de ponerle este nombre al campo es porque Cariari es sinónimo de ambiente, tanto así que los aborígenes denominaban de esta manera a la región del puerto de Limón.
El señor Ramón Jiménez dice que ya con estos dos campos se dio a conocer más está disciplina, aunque aceptó que ha costado mucho que en Costa Rica se deje de pensar que es un deporte elitista.
Ahora está asombrado del crecimiento que ha tenido el golf, Jiménez añadió estar sorprendido de la belleza de los campos que se pueden encontrar, y especialmente de cómo ha crecido en sectores como Guanacaste.
Hoy en día estos campos están llenos de niños que viven la pasión del golf, tanto como él la vivió en su tiempo, además que pueden encargarse de representar al país en eventos fundamentales como al que él asistió, solo que hoy en día el nivel de juego es “muchísimo más elevado”.