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Costa Rica consume más recursos naturales de lo que regenera

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 09 noviembre, 2009




Uso excede en un 12% la capacidad de reposición ambiental
Costa Rica consume más recursos naturales de lo que regenera
- Existe un déficit de 879 mil hectáreas, el triple que hace siete años
- “Ecodeuda” se debe a patrones de consumo y a incremento de la población

Daniel Zueras
dzueras@larepublica.net
Colaboró con esta información la periodista Vanessa Chaves

Costa Rica es un país que presume de ser respetuoso con el ambiente, y el programa gubernamental “Paz con la naturaleza” trata de enfocarse en la defensa de los recursos.
Pero la realidad es que consume más recursos naturales de los que su suelo puede regenerar, exactamente un 12% más en el Indice de Huella Ecológica.
Cada ciudadano ocupa 1,86 hectáreas en la huella ecológica, y la biocapacidad del país está en 1,66 hectáreas por persona, por lo que tiene una deuda de 0,20 hectáreas.
No parece un índice exagerado, cuando la media mundial está en una sobreexplotación del 30% de los recursos, y en Estados Unidos la cifra asciende al 88%.
“Si todo el mundo viviera como lo hacemos nosotros, necesitaríamos 0,9 planetas”, expresó Leda Muñoz, coordinadora del Informe Estado de la Nación, donde aparecen estos datos. Con el tipo de vida estadounidense, se harían necesarios cuatro planetas.
El problema para Costa Rica es su escasa extensión, y los patrones de consumo, muy intensos para la capacidad que tiene el territorio de proveer y regenerar.
También el incremento de la población ha elevado la deuda ecológica, al existir una menor disponibilidad de área por habitante.
El informe valora la necesidad de un ordenamiento territorial y el trabajar en la disminución de los gases contaminantes generados por el transporte.
Las emisiones de gases que generan efecto invernadero se podrían reducir con un sistema de transporte público efectivo, “es algo en lo que se puede trabajar” afirmó Leonardo Merino, responsable del capítulo de ambiente del informe.
El 56% de la energía que consume el país proviene de dicho sector. Hay un millón de carros en las calles, prácticamente uno por cada cuatro habitantes del país. A ello hay que sumar el transporte de carga por carretera.
Todos estos datos indican que la sostenibilidad ambiental de Costa Rica está comprometida, y que “es hora de revisar los patrones de uso de nuestros recursos”, indicó Merino.
El país se ha hecho fuerte en asuntos de conservación, con áreas protegidas o cobertura forestal. Para Muñoz hay una “institucionalidad que defiende y protege los recursos”, pero existe un gran número de desafíos ambientales como los arriba referidos.
En la misma línea se expresan los ambientalistas, que se muestran críticos con las políticas gubernamentales, reconociendo los esfuerzos que se han hecho en el país desde hace décadas. “El país hizo grandes esfuerzos en la agenda verde, con las áreas protegidas, pero no es suficiente”, expresó Andrea Muñoz, presidenta del Centro de Derecho Ambiental y de los Recursos Naturales, quien continuó diciendo que “ahora es necesario avanzar en otras agendas, la azul y la marrón”, refiriéndose a las de los mares y las aguas vertidas.
La ecologista reclamó a la actual administración “inconsistencias” en su forma de actuar en los temas relacionados con la naturaleza y de vender una imagen en el exterior que no es acorde con las políticas que se realizan en materia ambiental.
El informe concluye que “las escasas capacidades institucionales para la gestión de los recursos, y poco diálogo político entre los principales actores” limitan la posibilidad de construir políticas ambientales participativas.
La huella ecológica consiste de un indicador ambiental desarrollado en la década de 1990.
Es el área de territorio ecológicamente productivo ( cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos ) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos generados por una población dada con un modo de vida específico de forma indefinida.
Determina las hectáreas de tierra y agua que requiere esa población para producir el recurso que consume  y absorber sus desechos usando la tecnología prevaleciente.
Cuando la huella ecológica de una región supera su capacidad biológica, quiere decir que se está usando de manera no sostenible.







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