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Consejos para enfrentar los despidos de sus colegas

Fabiola Vargas fvargas@larepublica.net | Martes 26 agosto, 2014




Consejos para enfrentar los despidos de sus colegas

Expertos aseguran que quienes se quedan deben estar más atentos que nunca

Para enfrentar el ambiente laboral posterior al despido de un compañero de trabajo, se debe preparar como un kit de supervivencia en la organización.En épocas de dificultad económica la atención suele centrarse en los empleados que pierden su lugar de trabajo. Sin embargo, los que se quedan en la empresa también están sujetos a una serie de cambios e incertidumbres que, si no se gestionan con suficiente rapidez y habilidad, pueden llegar a influir negativamente tanto en su rendimiento laboral como en su vida personal.

Son los supervivientes, y como tales tienen que aprender a trabajar y a vivir bajo unas circunstancias nuevas y, en muchos casos, permanentemente variables.

Se deben entender los dos panoramas de despido que existen: los consensuados, en donde se le pide al empleado su salida de manera gradual, con una fecha definida y de manera amigable de la empresa. Esto sucede por temas de falta de rendimiento, por no tener las capacidades para las cuales el empleado fue contratado o bien por remoción de la plaza o posición que venía ocupando.

Como segunda opción, los jerarcas acuden a los despidos inmediatos, aquellos que sorprenden y son más difíciles de manejar, en los que abunda la incertidumbre generalizada, sobre todo si el empleado despedido ocupa posiciones gerenciales.

Por esta razón, la comunicación, de manera anticipada, mitiga la incertidumbre ante una salida. Saber comunicar las razones de la salida de un empleado, el manejo adecuado con quien sale de la empresa, el debido respeto a la integridad de la persona saliente debe resaltar en todo momento.

“Los empleados que se quedan se verán siempre reflejados en quien sale de la organización. Cuando existen fusiones, adquisiciones o cambios de dueños en las compañías, la comunicación es el mejor remedio para que la moral y el ambiente interno sean los óptimos”, comentó Miguel López, director de ADEN Business School.

Asimismo, debido a la tensión intrínseca al momento, es fácil que surjan malentendidos, rencillas y reproches, la mayoría sin fundamento, tanto entre compañeros como con los superiores encargados de gestionar la reducción de la plantilla.

Evitar el mal ambiente, la desconfianza y la desilusión entre los supervivientes es imprescindible para mantener su nivel de productividad y poder remontar la crisis.

Por su parte, los mismos empleados deben ser proactivos y tener la iniciativa de proponer a sus superiores fórmulas eficaces para absorber las tareas de la empresa, procurando que la organización salga reforzada de la crisis sin que ello implique una sobrecarga en sus propias responsabilidades.

El secreto consiste, en definitiva, en hablar claro y saber negociar.

 

Fabiola Vargas
fvargas@larepublica.net

 







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